A Telón Abierto

viernes, 6 de diciembre de 2019 00:00
viernes, 6 de diciembre de 2019 00:00

Hoy damos un nuevo paso adelante en la iniciativa que dimos en llamar “Para que no nos gane el olvido”, cuya única razón de ser es rescatar de la omisión y de la desmemoria hechos, personajes y acontecimientos que forman parte de la historia misma de Catamarca. Porque entendemos que son elementos valiosos que no merecen ser olvidados y que, en muchos casos, constituyen ejemplos a seguir en distintos órdenes de la vida. En este mismo espacio, en más de una oportunidad, nos hemos ocupado del trabajo literario-musical denominado “Sin olvido. Catamarqueños más allá del tiempo”, una idea del periodista, creador y conductor de “Alta dimensión en folclore”, Carlos H. Barrionuevo, en el que participan escritores, poetas y músicos. Ahora, estamos en condiciones de adelantar en exclusiva que ya está en su etapa final el segundo volumen de la obra. Esta segunda parte incluye el reconocimiento a 21 personajes, destinatarios en definitiva de una apretada síntesis de sus vidas y de una canción en su homenaje. El principal soporte musical será Americanta, como lo fue en la primera edición, más la presencia de Rafael Toledo, Lito Martínez Figueroa, Atilio Suárez y otros conocidos músicos de nuestro medio. Los protagonistas de “Sin olvido…” en esta nueva realización son: José Horacio Monayar, Romis Raiden, presbítero Ramón Rosa Olmos, Primo A. Prevedello, Federico Raúl Argerich, Ramón S. Castillo, María Emilia Azar de Suárez Hurtado, Juan Oscar Ponferrada, Quique Sánchez Vera,  Juan Bautista Zalazar, Luis Varela Lezana, la maestra recreína Catalina Bazán (hermana de Carlos Bazán), Juanita Vaccaroni de Soria, ‘Chucho’ Salman, Armando Raúl Bazán, Atuto Mercau Soria, Margarita Palacios, Jorge Paolantonio, Polo Giménez, el empresario Emilio Sosa y José Guido Jalil.


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  Mañana sábado recordamos a uno de los grandes de nuestro folclore: Manuel Acosta Villafañe. El 7 de diciembre de 1956 falleció en Buenos Aires “El Tata” Manuel y según escribe Arnaldo Raúl Molina en su libro La canción popular de raíz folclórica de Catamarca, regresó en cenizas a su pago natal el 4 de marzo de 1995, haciendo realidad los versos de su propia inspiración: “Por lejanas tierras anduve, mi vida fue caminar, veinte años sufrí de ausencia y al fin pude retornar”.  Relata el escritor Molina que Manuel Acosta Villafañe nació en San José (Santa María) el 2 de enero de 1902. Su madre era doña Julia Villafañe Palacios, perteneciente a una caracterizada familia santamariana y su padre, don Carlos Moisés Acosta, era de origen belenista, primo hermano de la madre del poeta Luis Franco. Era boquense y tenía simpatía por Juan Domingo Perón. Después de asistir a la escuela primaria de su pueblo, se trasladó a San Fernando del Valle de Catamarca para ingresar al Seminario  Menor junto con su pariente y amigo Eudoro Mariano Palacios, que años después sería el famoso Tony y propietario del “Circo Totó” y, a la vez, padre de Margarita Palacios. En el seminario permaneció tan solo dos años. Llamado por la música y el canto se trasladó primero a Salta y luego a Jujuy, donde residió por algún tiempo entre los años 1918 y 1920. Tenía 23 años cuando con su hermano Carlos formaron el “Dúo Calchaquí”, acompañados por otro santamariano: el guitarrista Daniel Albarracín. En 1926, su hermano Abel fue elegido diputado nacional y allá fueron, rumbo a la Capital Federal, en un Ford T, Abel, Manuel, Carlos y las guitarras (“Envuelto en mi poncho puyo mi venío desde mis valles, con zambas y con vidalas te saludo Buenos Aires”).


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  Sigue contando el amigo Raúl Molina sobre ‘El Tata’ Manuel: Ya en 1929 y 1930 los hermanos Acosta Villafañe comienzan a ser respetados y conocidos, realizando presentaciones en radio “La razón” de Buenos Aires y son contratados como artistas exclusivos de RCA Víctor por cinco años, después del éxito de venta del primer disco de pasta, un escondido: “El catamarqueño”, del que se reprodujeron 12 mil placas, todo un récord para esa época. Don Manuel creía en su misión de difusor del canto, la poesía, la danza de inspiración y proyección folclórica, para lo cual puso todo su empeño junto a otros provincianos que trataban de imponer las expresiones del arte nativo de sus provincias en la Capital Federal, entre ellos: Eusebio Zárate, los hermanos Peralta Dávila, Julio Argentino Jerez, Hilario Cuadros, Momtbrúm Ocampo, Buenaventura Luna, Luis Padula, Andrés Chazarreta, “Payo” Solá, los hermanos Ábalos, Marcos López, Atahualpa Yupanqui y otros. Su inspiración en la zamba “Noches de Catamarca”, le valió el halago de Atahualpa Yupanqui: “Manuel anduvo en las carpas buscándolo al carnaval, mezclao con el pobrerío de puro gaucho no más”. Un grande: Manuel Acosta Villafañe. Para que no nos gane el olvido. A propósito: este domingo, en el espacio “Cara a cara”, el protagonista es Mario Rojas, hermano de un gran cantor catamarqueño: Jorge Rojas. Para que no nos gane el olvido.

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