A Telón Abierto

viernes, 17 de mayo de 2019 03:18
viernes, 17 de mayo de 2019 03:18

A poco menos de dos meses -57 días para ser para más precisos- del inicio de una nueva edición de la Fiesta Nacional del Poncho, hay dos aspectos para tener en cuenta: por un lado, se conoce que serán más de 750 los expositores que darán vida a las exposiciones durante el encuentro, cuya realización está prevista entre el 12 y el 21 de julio. Por otra parte, se mantiene la incógnita –al menos hasta ayer- de quienes serán los artistas locales y visitantes que conformarán la cartelera para animar las diez noches de espectáculos en el escenario “Jorge ´Negro´ Herrera del salón “Atuto Mercau Soria” en el Predio Ferial. Se sabe que están en la difícil tarea previa del armado del festival, el mejor en su género en todo el país a nuestro modesto entender, por lo que tampoco se conocen detalles de la jornada apertura, uno de los aspectos que siempre genera particular expectativa cuando del Poncho se habla. A propósito: recordarán los memoriosos ligados a la fiesta –en nuestro caso hace ya 44 años en el marco de la actividad periodística- que el día de la inauguración (sea en  el lugar de nacimiento en la Manzana de Turismo, el Polideportivo Capital, la ex Plaza de Armas del ex Regimiento) que toda la organización giraba en torno a la habilitación de la feria artesanal en horas de la tarde, con el tradicional corte de cinta por parte de las principales autoridades e invitados especiales, los discursos de ocasión y posterior recorrido por los distintos stand. Esto tenía su razón de ser: respetar la historia de la fiesta. Si el Poncho nació para rendir homenaje a nuestra genuina artesanía, pues entonces lo primero es lo primero. Después seguía el complemento de lo artístico, que también es importante, pero cada cosa en su lugar, respetando la esencia que nos legaron los creadores de la fiesta. De eso se trata.


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  Desde este espacio seguimos sosteniendo que el mejor espectáculo lo brindan nuestros auténticos artesanos de punta a punta del territorio provincial, más el aporte valioso que proponen otros expositores de distintas partes del país. Actúan un promedio de 8 horas diarias, pagan sus espacios (una gran injusticia), exhiben sus maravillosas obras y todos los años se llevan el unánime reconocimiento de miles y miles de personas, en especial de la fuerte corriente turística que visita Catamarca para las vacaciones de invierno. La otra cara de la moneda: comenzarán a escucharse los ecos de los tira y afloje entre la organización y algunos –no todos- de los artistas locales que pugnarán, primero, por ser contratados, y después por lograr que les paguen lo que piden, el punto más picante de la cuestión, pues tienen bien en claro los organizadores que hay quienes son amateurs durante todo el año pero llega el Poncho y se ponen el traje de profesionales. Tampoco ignoran que en el resto de los festivales –especialmente de la provincia- , sin excepción, hay quienes se conforman con los que les impone la organización (incluso hasta con un prepotente “no hay más plata que esa, si les gusta bien y si no, lo lamentamos”) pero al Poncho hay que exigirle buena paga. Sí o sí. Está claro que esto forma parte del folclore de todos los años, de manera especial de un par de décadas a esta parte. Cada cual defiende sus intereses y está bien que así sea. Y si se lo hace con los pies en la tierra, mucho mejor. Por nuestra parte la consigna sigue siendo la misma de siempre: Bienvenido sea un nuevo Poncho. Que sean más los aciertos que los errores y ojalá represente la histórica prenda un válido pretexto de hermandad entre los pueblos, de alegría en medio de tanta tristeza y de unión entre los catamarqueños. Abogamos por un Poncho 2019 en paz para hacerle un corte de manga a la maldita grieta. En nuestra próxima entrega relacionada con el Poncho: las mujeres piden escenario en un festival tradicionalmente machista.
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  El próximo lunes se cumple un nuevo aniversario del natalicio de un personaje del ambiente artístico catamarqueño que fuera figura emblemática durante décadas del conjunto Los de Catamarca: Jorge Francisco “El Negro” Herrera. El cantor que nos dejó para siempre su “¡Viva Catamarca!” una fría siesta de invierno durante una actuación en la Fiesta Nacional del Poncho, hace 17 años. Precisamente el Poncho honra en todas las ediciones su memoria al recordarnos que el escenario mayor lleva su nombre, una distinción que mantiene viva la imagen de quien en vida fuera un ser humano único e irrepetible y un artista dueño de un carisma incomparable. Genio y figura de los asados entre folcloristas y amigos. Protagonista de cientos de anécdotas con su sello inconfundible. Murió a los 57 años y el lunes estaría cumpliendo 74. Allá arriba le sobran amigos para que se lo hagan recordar, lo mismo que aquí en la tierra. Nos apresuramos en desearle un ¡feliz cumple hermano! Hasta el viernes.
 

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