Los estrenos cinematográficos de esta semana pusieron en pantalla imponentes paisajes catamarqueños, porque en todo el país comenzó a exhibirse “La sequía”.

La película fue filmada en escenarios naturales de Fiambalá, departamento Tinogasta, y protagonizada por las reconocidas actrices Emilia Attias y Adriana Salonia, junto a actores de Catamarca seleccionados por la actriz y directora local Luciana Jerez, quien también actúa en el filme.

La película cuenta con el respaldo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), en cogestión con la Secretaría de Estado de Cultura, la Municipalidad de Fiambalá y otros organismos de Gobierno, además de la Film Commission Catamarca, ente promotor de la Secretaría de Cultura de la provincia para la difusión de locaciones y recursos audiovisuales catamarqueños.

En el filme, la bella actriz y modelo argentina Emilia Attias se escapa por el desierto catamarqueño tras una noche de fiesta de la farándula.

Mientras busca reconectarse con su yo interior, su mánager, representada por la gran intérprete Adriana Salonia, la persigue para que regrese a las redes sociales y filme una telenovela en Buenos Aires.

Así, Fran (Attias) intentará no sólo escapar de su vida, sino, también, del acoso de algunos fans que la persiguen en un perdido pueblo del interior de la Argentina, mientras que otros habitantes intentan ayudarla de forma desinteresada. “Se trata de volver a la nada para poder volver a hacer todo”, explicó Martín Jáuregui.

“La sequía” de Martín Jáuregui, que se estrenó con buena respuesta del público en los cines de la Argentina, plantea con Attias el agobio de la fama y el jet set, y como particularidad tiene que fue filmada en su totalidad por equipos cargados a energía solar.
La idea surgió a partir del cuento “La ventana blanca”, que Jáuregui publicó en 2012 y que trató de adaptar al cine, tarea que dejó en manos de Eduardo Spagnoulo y Luis “Hitoshi” Díaz.
“Me di cuenta de que me traicionaba a mí mismo convirtiendo cada imagen de mi cuento en una de cine”, le dijo el realizador al Télam, y afirmó que al leer la versión final se enamoró del personaje de Fran.
Sobre la experiencia de filmar todo con energía solar, el director señaló qu fue “espectacular”. 

“Esto se tradujo en menos sonidos de generadores en el set y pensar menos en temas energéticas, a la vez de tener una película que impacta menos al medio ambiente. Esto se pensó luego de una charla con Ecocinema, que hace funciones con cines solares. Yo creo que de a poco el cine va a encontrar el camino para filmar con energías renovables. No sólo se trata del medio ambiente, sino que además baja los costos”.

Añadió que no hubo contratiempos energéticos porque “hay que tener en cuenta las horas sol que hay. Como esa zona tiene mucho sol, tuvimos bastante autonomía. Pudimos filmar en lugares complicados, alejados de los tendidos eléctricos. Son muy favorables estas energías”.
¿Es tan agobiante el jet set? Jáuregui deja su visión: “Famosos o no todos queremos escaparnos en algún momento de la vida de lo que nos toca. Creo que un famoso tiene asedio, que es algo que complica, y es el que tiene nuestra protagonista. Cuando uno empieza a ver que vivir es otra cosa es cuando empieza el problema”.

“Un lugar magnético”

Yo podría haber elegido cualquier lugar seco de la Argentina. San Juan tiene una tradición muy grande con la Difunta Correa; La Rioja, que es la provincia más seca del país.

Sin embargo Catamarca tiene la característica que además de ser seca tiene esas montañas que lo hacen un lugar difícil de impedir que la mirada no vaya hacia ese lugar. Es magnético. Conocía el lugar donde se filmó, que es cerca de Fiambalá, y me pareció que era verosímil que Fran se tomara un micro, caía en Fiambalá y de ahí caminaba. Pero fue algo directo. Yo me mandé a un lugar que tenía significación. Yo podría haber hecho una sequía en la ciudad. No hace falta ir tan lejos, pero pensé ponerle el elemento geográfico condicionante para que esta mujer salga de la zona de confort” (Martín Jáuregui, director de la película).