Muestra fotográfica “Y un día, el fuego”, en la UNCA

lunes, 2 de marzo de 2020 01:55
lunes, 2 de marzo de 2020 01:55

Del 6 al 16 de marzo, en la explanada de la UNCA, se expondrá la muestra fotográfica “Y un día, el fuego”, de Belén Grosso y Sebastián Pani.


Durante 2016 y 2018, los artistas  entrevistaron y fotografiaron a mujeres sobrevivientes y a los padres de algunas de las mujeres fallecidas a causa de las quemaduras provocadas por ataques de violencia de género, entre ellos, los padres de Wanda Taddei, caso ocurrido en 2010, y el primero en tener fuerte repercusión mediática en la Argentina.
Los autores construyen un nuevo espacio para las voces de las víctimas con el objetivo de que su difusión genere conciencia sobre el tema y anime a otras mujeres que hoy son víctimas de violencia de género a denunciar su situación.
El día que Belén Grosso y Sebastián Pani fueron a la casa de Maira Maidana, en San Francisco Solano, ella vestía un pullover y un chaleco rojo. Desde que su pareja la prendió fuego, tres años antes, no había vuelto a usar musculosas, remeras de mangas cortas ni ropa que permitiera ver las cicatrices de su piel. “Vivía tapada o estaba todo el día metida en mi casa con remera mangas largas y pañuelo al cuello”, recuerda. Ese día Maira se desnudó frente a la mirada de los fotógrafos. Poco a poco fue animándose a salir a la calle sin cubrirse. Unos meses después estaba en una playa de Chapadmalal pidiéndole a la mamá que le saque fotos en bikini.


“Y un día, el fuego” es un trabajo fotográfico y audiovisual realizado entre 2016 y 2017 a partir de entrevistas e imágenes de las sobrevivientes, las mujeres que fueron quemadas por sus parejas y exparejas y vivieron para contarlo.
Maira tiene 30 años. La primera vez Belén y Sebastián la visitaron en su casa no hicieron fotos. Hablaron durante horas. Maira les contó de su vida, de su hija y su hijo, de cómo el 17 de mayo de 2013 logró apagar las llamas que envolvían su cuerpo tirándose a la pileta de lona que había en el patio, porque después de prenderla fuego su pareja había cerrado la llave del agua para que no pudiera meterse bajo la ducha. Ese día ella llevaba puesto un vestido blanco que en una época había amado y que ahora usaba como camisón. Del vestido, casi reducido a cenizas, sólo quedaron unos pocos jirones de tela que rescató la mamá y que hoy ilustran la portada de la publicación.


El día que Maira volvió a su casa -después de pasar dos meses en terapia intensiva y otros tantos en una sala común- juntó toda su ropa y la tiró a la basura. Cuando compraba una prenda que le gustaba, le pedía a su mamá -costurera- que le cosiera un volado o le extendiera las mangas para que le taparan las cicatrices que cubren el 45 por ciento de su cuerpo.
“A veces sigo creyendo que estoy adentro del fuego”, dice Fernanda Serna, rosarina, de 50 años, activista feminista. El ardor en la piel, la imagen frente al espejo, el miedo. “Antes vivía bajo el sol, me gustaba estar bronceada para usar colores claros. Ahora no puedo estar al sol ni ir a la pileta como antes”, cuenta.

Reconocimiento

En 2017 “Y un día, el fuego” ganó la convocatoria No Renunciaremos de TURMA. Gráfica Futura publicó los primeros 300 ejemplares y Nexo Gráfica aportó 3 mil más.
En la publicación no sólo hay fotos de las sobrevivientes: también se ve una casa de muñecas, un vestido quemado, una pared rota a piñas por un hombre, una flor. “Teníamos miedo de que el trabajo tome forma de catálogo de mujeres quemadas. No nos interesaba eso. Con las visitas a las casas, empezamos a ver detalles que ayudaban a contar la problemática de una forma más poética, sin ser tan explícitos”, explicó Sebastián.

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