La figura de Fray Mamerto Esquiú en la Junta de Estudios Históricos de Catamarca

viernes, 8 de mayo de 2020 08:19

Con motivo de la confirmación del milagro de Fray Mamerto Esquiú por la Comisión Médica convocada por del Vaticano y aprobada por unanimidad,la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, cree oportuno recordar el trascendental vínculo de la institución, desde su nacimiento, con Fray Mamerto Esquiú. Se realiza esta contribución ante la proximidad de un nuevo aniversario del natalicio de una figura trascendente en la historia de Catamarca.

El 15 de mayo de 1936, en el convento franciscano de nuestra ciudad, más precisamente en la humilde celda que ocupara fray Mamerto Esquiú, fue creada la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, cuyo objetivo es el estudio de nuestra Historia “…salvar del olvido la rica tradición muy especialmente de Catamarca…cuidar los archivos…publicar los documentos orientadores de nuestra historia”. En la celda de Esquiú firmaron el acta constitutiva el doctor Alfonso M. de la Vega y el ingeniero Cornelio Sánchez Oviedo. Además de los nombrados, el doctor Pedro Ignacio Acuña, Monseñor Pedro M. Oviedo y los frailes Antonio de Jesús Lobo y Salvador Narváez y el director de la escuela Normal de Regional José Florencio Segura.

En Crónica de medio Siglo (1986), Armando Raúl Bazán dice “…fue una idea grande nacida en una pequeña ciudad provinciana, con menos de treinta mil habitantes…”. En ese entonces no había organismos oficiales para fomentar las actividades culturales, las que eran promovidas por el Colegio Nacional, la Escuela Normal Clara J. Armstrong y la Escuela Normal Regional. También era importante la labor que desarrollaba el Seminario Regional y otras instituciones como el Círculo de Obreros. 

A partir de la creación de la Junta, la figura de Fray Mamerto Esquiú concitó el interés de Miembros de Número de la institución que se abocaron a su estudio. Uno de los Miembro fundadores, fray Luis Córdoba, había publicado ya en 1922 su contribución Fisonomía moral del Ilustrísimo Obispo de Córdoba y en 1926 El Padre Esquiú.Además, como Provincial de la Orden Franciscana, inició la causa de beatificación de Esquiú, aprobada por el Capítulo de la Comunidad Franciscana en 1923. En esa propuesta fray Luis Córdoba rescató el epistolario privado y sus sermones religiosos.

Otras de las contribuciones de este esclarecido fraile, ya como miembro de la Junta, fueron El Padre Esquiú y La primera escuela de San Francisco de Catamarca (1940) y en 1944, El Padre Esquiú y la Constitución. Mientras, la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, había publicado (1942), Biografías y Sermones patrióticos del Padre Esquiú y en 1943,  dio a conocer la obra de Monseñor Pedro M. Oviedo titulada Un fallo del Padre Esquiú. También en 1944 fray Antonio Córdoba editó En torno a un célebre sermón del Padre Esquiú.

A partir de la desaparición física de fray Mamerto Esquiú, ya como Obispo de Córdoba (10 de enero de 1883), su vida y obra fue objeto de atención de diversos autores, tanto de religiosos, como de historiados, filósofos, poetas, literatos, constitucionalistas. Entre ellos, el padre Cayetano Bruno, Rubén Darío, Alejandro Korn, Alberto Caturelli, Zorraquín Becú.

En el año 1946 la Arquidiócesis de Córdoba elevó a la Santa Sede la causa de beatificación, la que fue apoyada por el Congreso Nacional mediante Ley 12.878.

En 1958 la Junta de Estudios Históricos organizó el Primer Congreso de Historia de Catamarca, en conmemoración de los 400 años de la fundación de la ciudad de Londres de la Nueva Inglaterra (Belén). El evento, de gran trascendencia nacional, dio lugar a la publicación de los aportes realizados (1960). En ese entonces  la institución estaba presidida por el presbítero Ramón Rosa Olmos. En el acto de apertura el constitucionalista Salvador Dana Montaño disertó sobre las ideas políticas de Esquiú, en el contexto de su conferencia sobre las Constituciones de Catamarca. El tomo II de las publicaciones del Congreso, contiene aportes de destacados historiadores que también abordan a Esquiú: Roberto Levillier, con su aporte titulado Fray Mamerto Esquiú y Enrique de Gandía con su trabajo Ideas histórico-políticas del Padre Esquiú.

En la década del 70, el entonces vicepresidente de la Junta Armando Raúl Bazán, integró la Comisión de Homenaje constituida para celebrar el sesquicentenario del natalicio de Esquiú (11 de mayo de 1826). En esa ocasión se emplazó una estatua en Piedra Blanca concretándose su inauguración en un acto presidido por el Cardenal Raúl Francisco Primatesta, uno de los sucesores de Esquió en la diócesis de Córdoba.

Al respecto, comentando este acto, dice Armando Raúl Bazán en su libro Esquiú. Apóstol y ciudadano (1996): la figura de Esquiú  “…se manifiesta llena de significación, tanto por la santidad de su vida, cuanto por su carácter de prócer de nuestra historia nacional…” Narraque en esa ocasión el Episcopado Argentino en carta Pastoral, pidió al Papa Paulo VI que incluyera a Esquiú en la pléyade de hijos de la Iglesia que han merecido el honor de los altares.

En otras de sus obras (2001), Bazán recuerda que con motivo aproximarse el centenario de la muerte de Esquiú, se organizó una Comisión de Homenaje integrada por catamarqueños y cordobeses. Así, el 10 de enero de 1993, se colocó la piedra basal de un monumento en el sitio de El Suncho, departamento La Paz, en el antiguo emplazamiento de la posta donde falleció el Obispo Esquiú.

En ese mismo año, se hizo una nueva solicitud colectiva al papa Juan Pablo II referida a lograr su pronta beatificación. El petitorio fue entregado en manos propias al Sumo Pontífice por el entonces gobernador de Catamarca Arnoldo Castillo.

Por estos años, Armando Raúl Bazán,  ya como presidente de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, integraba la Comisión de Beatificación de Fray Mamerto Esquiú.  En ese contexto, Bazán publicó su libro Esquiú. Apóstol y Ciudadano,ya citado.

En él dice su autor: “Esta es la voz del pueblo argentino. La proclaman los historiadores, los poetas, los filósofos y los juristas. La interpretan con autenticidad los documentos oficiales producidos por el gobierno nacional y por el Episcopado Argentino. Y la denotan los homenajes que se le tributaron en todo el ámbito geográfico de nuestra patria, bautizando con su nombre calles, escuelas y paseos públicos. Esa universal coincidencia, es prueba indicativa de que la Santidad es una flor que también puede existir en la Argentina.”

Esta obra fue ponderada por destacas figuras, entre ellas las de Víctor Massuh y Pedro J. Frías. El primero, filósofo, expresa: “… una notable investigación histórica sobre la vida de Fray Mamerto Esquiú…Esquiú fue un santo y esta es una convicción del autor que seguramente será compartida por sus lectores”. 

En mayo de 2013, en adhesión a los festejos de conmemoración del 187 aniversario del natalicio de Esquiú, nuestra institución se adhirió a esta efeméride con un acto donde fue presentada la reedición del libro ya citado del historiador Bazán, a cargo del presbítero doctor Oscar Tapia.

En el año 2016, en ocasión de la celebración de los 80 años de la Junta de Estudios Históricos, nuevamente la figura de Esquiú estuvo presente en la memoria institucional, y así se organizaron una serie de eventos iniciados con una celebración religiosa en el templo de San Francisco, visita a la celda de Esquiú, descubrimiento de una placa recordatoria en el Complejo Cultural Fray Mamerto Esquiú, entre otras actividades.

En este mismo año, celebrando además 200 años de la Independencia, se organizaron Jornadas nacionales llamadas Bicentenario de la Independencia, en donde uno de los integrantes de la institución, la Magíster Juana Collada de Sastre, abordó el tema La orden franciscana: su misión educativa en Tucumán y Catamarca en el siglo XIX. Grandes maestros. Fray mamerto Esquiú.

Hoy, ante la confirmación realizada por la Santa Sede del milagro de Fray Mamerto Esquiú lo que permite avanzar hacia su beatificación, dado a conocer por el Vicepostulador de la Causa fray Marcelo Méndez, nuestra institución acompaña con regocijo la noticia y hace votos para que pronto se logre el reconocimiento de su santidad.

 

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Comentarios

8/5/2020 | 20:16
#149006
Queda claro que el Prof. Vera en la entrevista del diario omitió por desconocimiento o no se por que razón que en la causa de beatificación de Esquiú fueron muchisimos ciudadanos ilustres e instituciones casi centenarias que pidieron por su beatificación y escribieron valiosas obras en referencia a Esquiu. Este recordatorio de La Junta de Estudios Historicos de Catamarca asi lo avala y detalla minuciosamente la historia desde sus inicios. Una de las virtudes de Esquiu era la humildad y es malo vanagloriarse en persona sobre la Historia del Santo.