Marcel Marceau, un artista único

Centenario del mimo héroe

miércoles, 22 de marzo de 2023 01:20
miércoles, 22 de marzo de 2023 01:20

Hoy cumpliría cien años Marcel Marceau, quizás el mimo más famoso de la historia, pero que además fue un auténtico héroe.
Su padre murió en Auschwitz y tuvo que ocultar su apellido para que no descubrieran que era judío. La vida de Marcel Marceau, como la de tantas personas durante el auge del nazismo, no fue fácil. Vivió, como si fuera un delincuente, escondido la mayor parte de su vida. Pero nunca cometió un crimen, sino que su historia fue la de un héroe desconocido.


Sus acciones y talento fueron claves para salvar la vida a más de 400 niños, a quienes hizo reír durante años aún viviendo en una de las épocas más crueles del siglo XX. El mimo, a quien también se le conocía como Bip -era el nombre de su alter ego con camiseta de rayas-, nació un día como hoy de 1923 y, hasta que falleció en 2007, su vida fue épica.


Marcel Mangel, su nombre original, nació en Estrasburgo en el seno de una familia judía. Cuando aún era un adolescente, él y su familia se vieron obligados a dejar su hogar tras la invasión de Alemania en Francia, durante la Segunda Guerra Mundial. Huyeron a Limoges, también en el país galo, donde vivió hasta el fin de sus días. No obstante, en esa época Marceau ya sufrió una gran pérdida: su padre, un carnicero judío, fue arrestado por la Gestapo y deportado a Auschitz.


Tanto él como su hermano, Alain, no quisieron darse por vencidos y vivir escondidos, con miedo, sino que decidieron hacer algo útil contra los nazis. Por ello, adoptaron el apellido Marceau y se alistaron a la Resistencia francesa de Limoges. Este movimiento nació para hacer frente a la ocupación nazi en Francia, así como al gobierno de Vichy, durante la Segunda Guerra Mundial. Y fue ahí donde Marceau pasó a la historia.


Imaginen a cientos de niños escondidos, la mayoría de ellos con su familia en campos de concentración o huérfanos, tras ser testigos directos del asesinato de sus padres. Un ambiente horrible en el que el dolor y la desesperación era inevitable. Y, entre esos jóvenes judíos, un mimo, con cara blanca e ingenio, dando volteretas, saltos y utilizando cualquier objeto para convertirlo en motivo de carcajada. Marceau era capaz de inventar 200 gestos diferentes tan solo con las manos y con el simple objetivo de hacer reír a los pequeños, siempre y cuando estos se movieran en silencio para no ser encontrados.


Fueron muchos los que bautizaron al mimo como “el poeta del silencio”, pues tan solo él era capaz de crear alegría sin ruido, en un momento en el que el mínimo fallo podría conllevar a la muerte.


Su personalidad y sus actos heroicos se reflejan de manera bastante fiel en “Resistencia” (2020), cinta dirigida por Jonathan Jakubowicz, disponible en Netflix y donde Jesse Eisenberg se muestra impecable en el papel de Marceau.


Con un reparto en el que también figuran Ed Harris, Bella Ramsey, Clémence Poésy o Edgar Ramírez, la película muestra al espectador un auténtico retrato de la época. No le deja indiferente en cuanto a las emociones, así como le descubre las penas y glorias del icónico Marceau.


Como no podía ser de otra forma, la mayor inspiración de Marceau para su talento cómico fue Charles Chaplin. De hecho, fue tras haber visto una actuación en directo de Charlot cuando el mimo se interesó por el mundo de la actuación.


Cuando terminó la guerra, se matriculó como estudiante en el teatro de Sarah Bernhardt de París, debutando como Arlequín en “Baptiste”. 


Asimismo, pasó por el cine, donde dejó una interpretación inolvidable en la cinta muda “La última locura de Mel Brooks” (1976).
Una vida, por tanto, para recordar y admirar, de un mimo que salvó vidas y que aún hoy es referente y motivo de inspiración. A pesar de lo que sufrió, fue capaz de recuperarse y de llegar lejos, convirtiéndose en un ejemplo de la capacidad de hacer frente al horror a través del humor. Murió a los 84 años y fue enterrado en Père Lachaise, cementerio parisino.


En 1951 visitó por primera vez la Argentina y regresó regularmente, aunque nunca aceptó venir en tiempos de dictadura militar. Estuvo por última vez a sus 82 años, cuando actuó en el Teatro Colón.
 

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