Cómo enseñar a los niños a jugar con perros para evitar inconvenientes

martes, 26 de enero de 2021 12:47
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Tener un perro en casa puede contribuir al desarrollo infantil; estos enseñan a los niños sobre responsabilidad y los estimulan a practicar actividad física y jugar al aire libre. Sin embargo, existe la posibilidad de que el perro muerda. Generalmente, la responsabilidad reside en los dueños de los perros, quienes deben supervisar activamente las interacciones entre sus mascotas y los niños. Ante este caso podríamos seguir algunas  recomendaciones para minimizar los riesgos.

Empezaremos dejando claro que todos los cachorros muerden y esto es algo normal y comprensible. Los cachorros utilizan su boca para “explorar” el mundo. Cuando retozan con otros perros o con sus compañeros de camada, juegan a mordisquear y les entretiene “desgarrar y destrozar” todo aquello que consideran un juguete.
Es importante que los cachorros muerdan, así podremos enseñarles con más facilidad a controlar la fuerza de sus mordiscos. Pero debemos distinguir entre un mordisqueo de cachorro, jugando e incluso intentando llamar tu atención, de un mordisco “potencialmente peligroso”.

Ser amables con los perros

Los niños deben tener en claro la diferencia entre un animal y un juguete. Obviamente, los perros no son juguetes, por lo que nunca deben jugar con ellos de manera brusca. Es preciso enseñar a los niños reglas básicas, como no alzar perros pequeños, no tirarles de las orejas ni del pelaje y nunca darles palmadas en la cara.

Además, deben saber que hay momentos en los que no está permitido tocar al perro, como cuando está durmiendo, comiendo o masticando un hueso. Despertar a un perro dormido puede causar sobresalto y asustar al animal, y los perros pueden ser muy protectores de su comida y de sus juguetes.

Cuál es el momento de no acercarse a un perro

Los niños deben mantenerse lejos si el perro levanta los labios, gruñe, se aleja, si mira fijamente o si repentinamente el pelaje del lomo se vuelve rígido y se eriza. Los niños muy pequeños podrían llegar a confundir a un perro que muestra los dientes con un perro que sonríe.

Si el perro no es suyo, siempre pida permiso al dueño antes de que el niño lo acaricie, aún cuando conozca al animal. Nunca acaricie a un perro en la parte superior de la cabeza o con la mano abierta. Ambos gestos pueden resultar amenazantes y despertar una actitud defensiva en el animal. Siempre se recomienda acercarse a los perros desde un ángulo y ofrecerles el dorso de la mano con el puño cerrado para permitir que el perro la huela. Si el perro no huele la mano o se distancia, lo mejor es ignorarlo y alejarse lentamente.

Cuando se les acerca un perro desconocido, los niños deben quedarse quietos como estatuas, con los brazos a los costados, las manos cerradas y nunca deben gritar. Enseñe a los niños a evitar el contacto visual con el perro; en estos casos deben bajar la mirada y mirarse sus propios pies.

Tranquilidad a la hora de jugar

A medida que los niños se excitan, gritan y corren, los perros también se entusiasman y quieren sumarse a la diversión, lo que puede dar lugar a mordidas. Enseñe a los niños que no deben sacarle los juguetes a un perro. Los perros siempre intentarán alegremente recuperar el juguete y eso puede dar lugar a mordidas no intencionales en las manos y dedos pequeños de los niños.

Supervise los encuentros o sepárelos

Los padres o adultos a cargo siempre deben supervisar a los niños pequeños cuando están cerca de un perro. Si no es posible supervisarlos en forma activa, niños y perros deben estar separados.

DATOS SOBRE MORDIDAS DE PERROS

  • Aproximadamente el 60 por ciento de las mordidas graves suceden en niños menores de diez años.
  • Las mordidas en niños generalmente ocurren en el rostro, en la cabeza y en el cuello debido a su proximidad al suelo y a los perros.
  • La mayoría de las veces, las mordidas en niños son causadas por sus propios perros o perros que ellos conocen.
  • Todos los perros pueden morder, incluso aquellos tiernos, pequeños y suaves que parecen de peluche.
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