Cómo vestirse en invierno para no enfermar

sábado, 17 de julio de 2021 19:50
sábado, 17 de julio de 2021 19:50

La piel es nuestro principal órgano de regulación de la temperatura con el medio que nos rodea. En invierno la ropa en contacto con la piel juega un papel preponderante para mantener una temperatura corporal equilibrada.

Sin embargo, es habitual que se genere desequilibrio al pasar de un lugar calefaccionado a otro frío, por ejemplo a la calle. Estos cambios bruscos de temperatura desnivelan nuestro organismo disminuyendo las defensas y haciendo más susceptible a las famosas enfermedades invernales.

Ni mucho ni poco

Vestirse en invierno puede ser un verdadero dilema, ya que si se lleva poca ropa  prendas poco abrigadas, el cuerpo se enfría de inmediato y está más propenso a enfermarse.

En este sentido, el resfrío, la gripe y la sinusitis, son algunas de las enfermedades más comunes durante la época invernal, tanto en adultos como en bebés y niños.

En cambio, si portan demasiadas prendas, el cuerpo comienza a transpirar tanto que la ropa se humedece. Si  esta humedad es retenida, al estar en contacto con el frío, disminuye la temperatura corporal inmediatamente, exponiendo al cuerpo a enfermarse.

La clave es vestirse como una cebolla

Ante las bajas temperaturas, se aconseja vestirse con varias capas de ropa que se pueden quitar para lograr una temperatura corporal agradable al ingresar a un ambiente calefaccionado y luego volver a colocársela al salir de él.

De acuerdo a la temperatura exterior y a las actividades que debamos realizar, se recomienda vestirse en tres capas:

Primera capa: Debe ir ajustada al cuerpo, como si fuese una segunda piel. Su función es absorber la humedad y mantener la piel seca y caliente. Ejemplo de ello sería una camiseta mangas largas de fibras naturales o materiales sintéticos, como el poliéster. También pueden ser las llamadas prendas “respirables”, que permiten eliminar la transpiración de la piel al exterior sin retener la humedad. Se desaconseja el algodón, pues se humedece y enfría el cuerpo.

Segunda capa: Conserva el calor corporal y se lleva un poco más sueltas que la primera capa. Lo ideal es que sean prendas abrigadas y funcionen como aislantes. Se recomiendan las fibras sintéticas como el polar.

Tercera capa: Es la más externa y debe cubrir, resguardar y funcionar como barrera contra el viento, la lluvia y la nieve, por lo que es necesario que el abrigo o la campera sea impermeable. Son ideales los materiales sintéticos con interior de piel o corderito.

A estas tres capas se le deben añadir además protección del cuello, la cabeza y las manos. Las bufandas por ejemplo, impiden que el frío se cuele por el espacio que dejan los abrigos al nivel del cuello. También son infaltables los guantes y los gorros (a esto se le puede añadir unas orejeras, por ejemplo si viaja a lugares donde nieva y las temperaturas sean muy bajas).

El frío en los pies

Con bajas temperaturas, es fundamental prestar atención a las extremidades inferiores, ya que la sensación de frío comienza muchas veces por unos pies mal abrigados. En este caso, también puede aplicarse el concepto de vestimenta en capa, utilizando dos pares de medias: las primeras finitas y ajustadas al pie y las segundas de lana u otra fibra natural o sintética.

La elección de los zapatos también es fundamental. Preferentemente éstos deben ser impermeables o tener suela gruesa para funcionar como aislantes térmicos. Para obtener un mayor abrigo se les puede agregar, por ejemplo una plantilla de fieltro o algún material térmico.

Hogares calefaccionados y saludables

La temperatura interior de los hogares debe ser agradable pero no demasiado elevada con respecto al clima exterior. No es recomendable una calefacción excesiva como para estar descalzos o sin la ropa de abrigo dentro de la casa, ya que esto expone al cuerpo a un cambio brusco de la temperatura que puede provocar alteraciones de las defensas.

Una temperatura agradable es de 21 grados. Por otro lado, aunque haga frío las casas y los departamentos deben ventilarse al menos una vez por día.

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