La Selección va de menor a mayor en el Mundial, y los escollos que se asoman crecen en la misma proporción. Porque a medida que Argentina avanza, los rivales son más duros. Lógica. O no tanta si uno repasa lo que hicieron Rusia y Brasil, por ejemplo. Lo cierto es que a partir de hoy, comienza la tercera fase, y en el horizonte de este grupo de pibes aparecen Serbia y Rusia.
A las 12 horas, la selección nacional debuta ante Serbia.
Al entrenador Javier Weber la alegría de la clasificación le duró poco. “Es el momento de festejar, pero enseguida tenemos que pensar en lo que viene”, dijo tras la victoria del sábado ante Japón. Y lo que se viene es complicado.
Se trata del subcampeón del Final Six (Rusia perdió con Brasil) y el tercero de la Liga Mundial (Serbia), por el Grupo P. El primero se clasificará a la semifinal; el segundo integrará un cuadrangular en el que estarán en juego los puestos que van del quinto al octavo. Y el que culmine en la tercera posición intentará terminar entre el noveno y doceavo lugar.
“Nos vamos a encontrar con dos de los tres mejores equipos del mundo. El dos y el tres, básicamente. Pero primero hay que pensar en Serbia, ya habrá tiempo de pensar en el encuentro del miércoles contra Rusia. Los serbios tienen jugadores importantes como Miljkovic, Grbic y Kovaceciv. Son jugadores que vinieron a Italia para ser campeones. Es un rival durísimo, pero no imposible”, explicó Weber.
Weber sabe también que no llegar como candidato puede favorecer al equipo. “Estamos en muy buena forma. Jugando sueltos, con picos altos de calidad técnica. Y no vamos a tener ningún tipo de presión, como sí la tuvimos contra Japón. Vamos a salir de francotiradores, con pibes que se quieren comer la cancha”.