Historia de vida - Teresa Cuello de PonceHistoria de vida - Teresa Cuello de Ponce

“Le he dedicado toda mi vida a los niños y vivo feliz por eso”

domingo, 3 de octubre de 2010 00:00
domingo, 3 de octubre de 2010 00:00

Teresa Cuello de Ponce es enfermera de profesión y se identifica con el Club Américo Tesorieri; pero como ella misma confiesa, “le he dedicado toda mi vida a los niños y vivo feliz por eso”.
Desde hace dos años es la Secretaria General del Departamento del Fútbol Infantil (DFI) de la Liga Catamarqueña de Fútbol, y El Esquiú.com te cuenta su Historia de vida.

¿Cuando comenzó a incursionar en el fútbol infantil?

Hace veinte años que trabajo con los chicos. Yo me acerqué al fútbol y al club porque mi padre era dirigente de Tesorieri (José Manuel Cuello), y hace cuarenta años que estamos en él toda la familia Cuello. Y fui la primera mujer en integrar una comisión directiva en la Liga Catamarqueña.

¿Qué significa Tesorieri?

Para mi Tesorieri es mi vida, paso todas las tardes y soy la vice presidenta del club. Vamos de lunes a domingo al club, le damos la merienda a los chicos en todos los entrenamientos, y los domingos que somos locales esperamos a los visitantes con el desayuno. Mi esposo me acompaña y le gusta ver los partidos. Le digo siempre que con el único que lo he engañado es con Tesorieri, que es mi otro amor.
Muchas veces el hincha pide sin saber el trabajo de los dirigentes; ellos sólo quieren que su club gane, pero no saben si el club puede pagar la luz, el agua o la ropa de los chicos.

¿Cuál es el objetivo que persigue la DFI?

Mi objetivo es que crezcamos cada día más y le demos más importancia al fútbol infantil, tanto los clubes como toda la sociedad.
Nos llegan chicos de diferentes clases sociales, y muchos chicos que llegan a veces con historias muy duras, y el deporte brinda una contención social necesaria, y los clubes deben estar preparados para eso.
Y los medios de comunicación tienen un rol fundamental en este aspecto. Muchas veces me duele que en los diarios no le den el espacio que se merecen los chicos, y en las radios nunca hablan del fútbol infantil. Porque con los diarios se incentivan los clubes para trabajar.
Hubo un año en el que diario El Ancasti hacía el suplemento de “El Tablón”, en el que salía el nombre de todos los chicos, y ahora El Esquiú.com se parece a eso, y nos pone muy contentos. Mi familia espera todos los jueves comprar el diario para informarse del fútbol de inferiores.

¿Es verdad que reta mucho a los delegados de inferiores?

Más que retarlos les enseño, yo les hablo y les explico cuál es es la función del delegado de inferiores, porque lo que quiero es que todos trabajemos juntos y seamos una gran familia, donde nos ayudemos todos.
Porque hay muchos delegados que no se juntan nunca con los presidentes de los clubes, y debe haber un trabajo conjunto, son muy pocos los presidentes que se acercan a ver los partidos de inferiores.
Yo hablo con los presidentes y con los delegados, para que no se queden e incentiven a los chicos a practicar este deporte que les gusta a todos. Y que no vengan a la Liga para que le den una credencial con la que puedan entrar gratis a la cancha. Tienen que trabajar con los chicos y no abandonarlos.

¿Cómo se da tiempo para ser dirigente y ama de casa?

Mi día es como el de cualquier mamá. Me levanto a la mañana, cuido de mi casa y de mi esposo, y a la tarde voy al club, como lo hago desde chica. Yo iba con mi padre, que hizo la primera sede.
A veces cuando tengo tiempo veo a la primera, pero no mucho porque sufro demasiado.
Para mí es un orgullo ver que un chico de inferiores debute en la primera división, porque es un logro para el chico, y es por lo que se ha sacrificado tantos años, y yo pienso que no se tienen que comprar jugadores, porque debemos incentivar al semillero.
En el club estamos proyectando para fin de año instalar las luces para que vayan a entrenar a la noche.

¿Cómo se trabaja en Tesorieri?

En el club tenemos un grupo de gente que se encarga de las necesidades de los chicos. A los que se desaparecen del club los buscamos, de eso están encargados mi yerno José Avellanda y mi hija Elsa Ponce: les preguntan por qué se han ido y por qué no vuelven, y así hemos rescatado muchos chicos de la calle, que hoy están en cuarta o quinta división y que son excelentes jugadores.
Nosotros pensamos primero en la situación social del niño, y después en los logros deportivos.
Este año estamos trabajando con un cuerpo técnico profesional para todas las categorías, donde el coordinador general es Daniel Iriarte, y cada división tiene su profesor y su ayudante y preparador físico.

¿Cómo es su relación con Pedro Nicolás (periodista deportivo)?

Con mi hermano nos llevamos bien, y siempre le estoy preguntando, porque sabe de fútbol y me da consejos.
Siempre hablamos de las inferiores y coincidimos en fastidiarnos cuando algunos equipos no se presentan; le hace mal al chico del otro equipo que viene con el entusiasmo de jugar y se prepara en la semana para disputar su partido, y eso es una falta de respeto.
Yo todos los martes en las reuniones les recalco a los delegados que nosotros nos debemos a los chicos.

¿Hasta cuándo piensa seguir en esto?

Para mí esto es una pasión, y en esto me aguanta mi amado esposo, ya llevamos 36 años de casados.
Mi familia sabe que esto es mi vida y a pesar de mis problemas de salud jamás me pidieron largar todo esto.
Y hoy veo a sobrinos y gente que trabaja en el club y me satisface saber que eso es el fruto del esfuerzo de los anteriores.
Voy a seguir luchando para que los chicos salgan adelante, y para que los clubes presenten sus divisiones inferiores.

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