Llegando a su cuarto año consecutivo como presidenta del Deportivo Sumalao, Yesica Chazarreta, a sus 25 años, tiene la decisión de ponerle un punto (seguido, porque cuando se trata de una pasión es casi imposible poner un punto final) a su ciclo al frente de la institución. “Qué mejor que despedirnos con un Torneo del Interior”, afirma.
Lógicamente no todo ha sido “color de rosas” para Yesica. Confrontaciones, entredichos y los problemas que hay dentro y fuera del club, ha tenido que soportar con el paso de los años.
Los aguantó con firmeza y mucha personalidad, mostrando “una imagen ruda”, como ella dice, y con el apoyo incondicional de su familia, culpables también de transmitir es sentimiento por Sumalao.
A continuación, el “mano a mano” que El Esquiú mantuvo con Chazarreta.

¿Cómo pasa estos días, con el boleto al TDI en el bolsillo?

“Estos días son muy importantes.
Sumalao ya tiene la clasificación al TDI, y estos días son ya muy intensos, por el trabajo que tenemos que hacer. Si bien hay tres meses para trabajar, el tiempo se pasa volando, y tenemos que tener 60 mil pesos como mínimo para afrontar al primera face.
Hasta el momento contamos con el apoyo de la Municipalidad de Valle Viejo, pero no está en condiciones de costear lo que va a ser la primera ronda; nosotros tenemos que salir, buscar fondos, hablar con una empresa y otra y otra… tenemos que darnos vuelta con lo que tenemos.

¿Hubo tiempo de disfrutar el campeonato?

No, ni creo que lo va a haber; lo que sí estamos muy felices todos por el campeonato. Para nosotros es un regalo que nos dio Dios: ¡Sumalao estaba 30 puntos abajo!
El campeonato fue el premio al esfuerzo, porque no es fácil tener a un (Germán) Carossio en el plantel, a un William Rivas o un William Herrera.
También lo del arquero Wilson Díaz fue una excelente inversión.
Todo con ayuda de Dios y de la Virgen del Valle, y de seis dirigentes que estuvimos en esto, y que no tuvimos miedo de enfrentar lo que se venía.
Porque es verdad, no le tuvimos miedo al descenso, hay dirigentes que se fueron, por miedo o por otras cuestiones.

¿Qué análisis hace de estos cuatro años al frente del club?

He sufrido demasiado yo en esto. Muchas embestidas… pero lo que más recuerdo en mi memoria y no se me va a borrar nunca fue el día en el que el plantel no se quiso presentar; teníamos 24 horas para presentar un equipo, para buscar amigos que nunca voy a dejar de agradecerles. No lo olvido porque fue muy grande la tristeza que se vivió en ese vestuario.
Igual creí que ya estoy en la etapa final. Creo que nos merecemos como dirigentes y por todo el sacrificio que hicimos irnos de la mejor manera en un TDI.

¿Termina el TDI y deja el ‘Oriental’?

Sí, dejo Sumalao. Tengo un problema de salud que me imposibilita seguir, tengo que priorizar mi salud.
Hemos trabajado mucho para poder sacar a flote a Sumalao. Se dio, se cumplió y acá está.

¿Cuánto ha cambiado de la chica que asumió la presidencia hace cuatro años a la que es ahora?

Sumé mucha experiencia. El día a día te hace hacer muy fuerte en esto... pero otro cambio no he tenido.

¿Cómo es el trato de los otros dirigentes?

Hay dirigentes muy buenos, que siempre han estado a mi favor, que siempre me han estado apoyando, con un abrazo, una palabra o un beso me levantaron el ánimo.
A pesar de todos los problemas que he tenido con Mario Vega siempre fue uno de los que más me apoyó. El “Cata” (Isasmendi) de Obreros, (Carlos) Navarro de Pirquitas, Fedra Luna cuando estaba en La Tercena.
Hay mucha gente a la que le tengo que agradecer por que estaban a mi favor.

Se la reconoce por tener una personalidad muy particular ¿le trajo problemas?

Lo que pasa es que tenés que tener una imagen ruda en esto, porque para la mujer no es fácil ser dirigente del fútbol, es así.
Hay hombres que te miran con mala cara piensan que sos una loca… pero bueno, uno lo hace por el amor que uno tiene por la institución.
Yo vengo con raíces de fútbol de hace rato. Mi papá era jugador en la “época dorada” de Sumalao; pasaron por Andalgalá, Belén, Tinogasta, Pomán… y en ese momento los seguí a todos lo partidos. Tenía tres años y lo seguí al “Oriental” a todos lados al lado de mi madre, y con sólo tres años.
Es algo que se lleva en la sangre. Mi familia es de Sumalao, y yo me voy a morir siendo del Oriental.

¿Le gana el hincha o el dirigente?

Hay momentos en que uno como dirigente tiene que ser racional, pero muchas veces el hincha te sale de adentro y te lo imposibilita.
Pero hay que ser pasional también. Hoy Sumalao ocupa el 100% de mi vida.

Hoy, manejandose con un perfil más bajo, Yesica Chazarreta y su comisión trabaja para que el Torneo del Interior no los agarre desprevenidos.
Con aciertos y errores, pero con mucha “sangre”, prepara su propia despedida.
Con un punto y seguido.