El Atlético Policial cerró la primera mitad de la temporada del Argentino B y no ha sido de la mejor manera. Después de anunciar con bombos y platillos que Fernando Rivera era el nuevo presidente y venía a llevar a Policial al Argentino A. En declaraciones a El Esquiú.com en agosto el presidente de la institución decía: “Soy un dirigente diferente, ni mejor ni peor que nadie, y en esas diferencias, hago las cosas a mi manera, buscando ponerle una bisagra a nuestro fútbol. Si logro el objetivo, bienvenido sea; si no, habré fracasado como muchos otros”.
El objetivo está muy lejos de lograrse. Policial ya no piensa en ascender, sino más bien en mantener la categoría, con un plantel diezmado que no cobra sus haberes desde hace dos meses y medio y con el paso de cuatro entrenadores, y ha quedado a nueve puntos del líder. Sin saber qué se siente ganar de visitante.
Después de que el polémico presidente diera un paso al costado y llegara Oscar Chanquía para formar una subcomisión de fútbol, se esperaba que las cosas mejoren. Pero todo siguió igual, el entrenador Abel Moralejo todavía sigue en la provincia esperando que alguien le pague sus honorarios.
La Secretaría de Deportes ha abonado lo prometido en tiempo y forma, pero los sponsors nunca llegaron. El martes por la noche el “vicepresidente” de la subcomisión de fútbol, Juan Rivero, sostuvo en Radio Valle Viejo que el club debe alrededor de doscientos mil pesos y que si no llega alguien que aporte ese monto “renunciaremos al torneo”.
Esto es una clara muestra de que el club está abandonado por aquellos dirigentes que llegaron ralizando promesas de ascenso y hoy ni siquiera aparecen por los entrenamientos.
La imagen de Policial está deteriorada y si no aparecen los hombres que se hagan cargo realmente de la institución, Catamarca sumará otro fracaso más en el haber del fútbol local.

Lo que viene

La temporada comienza el próximo 23 de enero, y la idea es que Ángel Bernuncio sea el director técnico. Pero si no se soluciona la deuda con los jugadores será muy difícil tener un plan de trabajo que pretenda ser por lo menos serio.
En Poli quedan muy pocos jugadores, y muchos están esperando cobrar para poder regrasar a sus hogares.
Los más optimistas esperan que mañana aparezca la plata de los sueldos ya que la Secretaría podría aportar uno de los últimos montos mensualtes prometidos.
Despues será cuestión de esperar.