Una vez más, la Premier League nos regaló un partidazo. Uno de esos que suelen darse periódicamente en el fútbol inglés.
En esta ocasión, los protagonistas fueron Chelsea y Aston Villa. El primero, necesitado de una victoria que lo mantenga a tiro de la cima de las posiciones.
El otro, en busca de la dignidad tras el 1-7 que le había propinado el rival de hoy en la temporada pasada.
El conjunto azul se puso en ventaja gracias a un penal ejecutado por Lampard a los 22’. Sin embargo, los "villanos" lo dieron vuelta con otro penal (Young, a los 38´) y con un tanto marcado por Heskey, a los 2’ del completento.
Chelsea se fue con todo al ataque, y su presión tuvo premio: a los 83', Drogba se reencontró con el gol para igualar las cosas, mientras que Terry hizo delirar al público cuando clavó el 3 a 2 a los 89’.
Pero cuando la victoria local parecía consumada, un centro inesperado encontró la cabeza de Clark, quien perfectamente habilitado y completamente solo frente al arquero, peinó con suavidad el balón y sentenció el 3 a 3 final en el primer minuto de descuento.
Con este resultado, Chelsea quedó a seis unidades de los líderes Manchester United y Manchester City, con lo cual resultaron lógicas las caras largas de sus jugadores al finalizar el partido.