Malos ejemplos

lunes, 26 de noviembre de 2012 00:00
lunes, 26 de noviembre de 2012 00:00

Escribe: Martín Noriega

“El bardo se armó por una bandera: uno fue y la puso, el otro la sacó. Fue un problema de chupaos… el tema es que al toque voló un gas, y los tiros”.
Fue el comentario que me hizo alguien que estuvo el domingo en La Rioja, como testigo de la barbarie, de lo impensado y sobre todo innecesario.
Las fotos, videos, testimonios, coinciden. Cuentan lo mismo, con el preciso orden cronológico y todo. Aunque las explicaciones son escuetas, o nulas mejor dicho. No hubo ni habrá argumentos para las escenas de barbarie vividas. Todo por los malos ejemplos que no hay que seguir.
Luego de un episodio de estas características, es natural escuchar a más de una persona decir que “cuando vengan acá hay que hacerle lo mismo…”
Como si los hinchas, como los que fueron de Catamarca a La Rioja a alentar a su equipo, hubiesen merecido lo que les pasó. Porque el mal accionar fue patrimonio exclusivo de la policía riojana. ¿Por qué hacer lo mismo, por qué tomar los malos ejemplos?
Hay otra práctica que se aprendió rápido, casi de forma automática. Y preocupante por cierto. Son las divisiones de las mismas hinchadas. Muchachos que en teoría comparten el mismo sentimiento por unos colores y una camiseta. Esta teoría se termina cuando comienzan los intereses que generan estas segmentaciones. Es otro de los malos ejemplos que raudamente se tomaron, y que ya encendió una luz de alarma grande, roja y brillante.

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