Fútbol

“En Fénix estoy cómodo”

El catamarqueño Lucas Ontivero está de vacaciones en Catamarca. Entre tantas cosas, contó sobre su presente en el club uruguayo.
martes, 25 de diciembre de 2012 00:00
martes, 25 de diciembre de 2012 00:00

Lucas Ontivero pasó los últimos meses en la República Oriental del Uruguay. El futbolista catamarqueño dejó Independiente de Avellaneda en julio para fichar en el Club Fénix, equipo que milita en la Primera División.
Una complicada lesión ligamentaria lo tuvo a maltraer, y ese fue el motivo por cual no tuvo un buen semestre desde lo futbolístico, porque no pudo jugar mucho y en realidad no tuvo la continuidad que esperaba y que fue a buscar al país vecino.
Lucas tiene 18 años y a pesar de su corta edad, ya cuenta con mucha experiencia, por su andar en diferentes clubes argentinos y del exterior.
Es así que la mitad de su vida la pasó fuera de su casa. Cuando tenía 12 años estuvo un tiempo en las filas del Real Madrid de España. Es zurdo, juega de enganche y es muy hábil; entonces enamoró a los españoles, que no lo pudieron retener por su edad, pero se dio el gusto de jugar un torneo internacional con la camiseta “Merengue” y hasta de convertir goles.
En esa estadía en Madrid no había partidos en los que Lucas no estuviera sentado en la platea del Santiago Bernabéu viendo jugar al Real.
Después tuvo pruebas en otros clubes europeos como el Tottenham de Inglaterra, Milan y Genoa de Italia, hasta que recaló en México, donde estuvo tres años en el club Mérida.
Luego de esa experiencia en México, Independiente de Avellaneda lo compró y así fue que regresó al país.
En el “Rojo” pasó el último año y medio y estuvo cerca de debutar en Primera División, de la mano de Ramón Díaz, pero el fugaz paso del DT riojano le cortó la posibilidad al catamarqueño. Llegó Cristian Díaz como técnico y Lucas tuvo que regresar a su categoría.
Hace seis meses le salió la chance de enrolarse en las filas de Fénix y así fue que embarcó hacia su nueva aventura. Cruzó el Río de La Plata con una valija llena de sueños, pero con la promesa de volver a Argentina y jugar en el fútbol grande.
Desde hace diez días está en Catamarca; vino a visitar a la familia y a los amigos, a respirar un poco el aire de su barrio para recargar energías y volver por una revancha a Uruguay.
El Esquiú.com lo visitó y entabló una cordial charla en el patio de la casa de sus abuelos Ramón y Nora. Era sábado por la tarde y la familia se estaba preparando porque a la noche en la casa había fiesta.
Llegué sin previo aviso, por algunos minutos interrumpí el preparado de las empanadas y los sandwichs, pero tuve suerte de encontrarlo a Lucas. También de probar los sandwichs al final de la nota.
Hacía mucho tiempo que no lo veía personalmente a Lucas. Me encontré con una persona madura -a pesar de su corta edad-, muy distinta por cierto de aquella que conocí hace varios años atrás.
La primera vez que lo entrevisté fue en 2005 ó 2006 (soy muy flojo para memorizar fechas y años), cuando era un niño, recién había llegado de España, recuerdo que tenía puesto el conjunto completo del Real Madrid y del bolso había sacado un par de botines, de primera marca, que le habían regalado. Imposible borrarme esa imagen, al igual que cuando le pedí que hiciera jueguitos con la pelota.
El destino quiso que este nuevo encuentro fuera en el mismo lugar de aquella primera vez: el patio de la casa de los abuelos.
“Hace seis meses que me fui a Uruguay; desde que me fui de Independiente estoy en el club Fénix, que juega en la Primera División, y gracias a Dios estoy muy tranquilo”, nos dijo de entrada para ponernos al tanto de su presente.
Después continuó diciendo que “todavía no pude debutar en la Primera, entreno con el plantel de Primera pero juego en Reserva, no llegué a debutar en Primera todavía, una lesión me complicó, tampoco pude jugar mucho por una lesión en los ligamentos del peroné, y el profe no me quiere tener siete puntos, por eso no quería que juegue; en muchos partidos sólo jugaba el primer tiempo y salía por la lesión. Quiere que esté bien porque no me quería quemar”, dijo.
En la nota surgió su paso por Independiente de Avellaneda, donde estuvo cerca de debutar en Primera.
Al respecto, Lucas señaló que “Ramón Díaz me subió a entrenar con la Primera, yo estaba en la Quinta División y de una me subió a Primera, pero como no le fue bien, no ganó ningún partido, se tuvo que ir, y ahí llegó Cristian Díaz, con quien yo no tenía una buena relación. Él era el técnico de la Reserva y no me quería, cuando asumió en Primera me hacía entrenar con la Reserva y me bajaba a jugar a mi categoría”, dijo Lucas agregando que cuando agarró Cristian Díaz la Primera, Santiago Rodríguez asumió en Reserva y tampoco le dio posibilidades de jugar, así que terminó jugando en su categoría”.
El magro presente futbolístico de Independiente en los últimos tiempos tampoco le dio lugar a los pibes del club. Los dirigentes prefirieron contratar jugadores grandes y de experiencia para tratar de salvar al equipo del descenso.
Entonces muchos jugadores juveniles del club tuvieron que tomar otro rumbo. Y ese fue el caso de Lucas Ontivero, a quien de pronto le surgió la chance de ir a jugar a Uruguay.
“En Independiente tenía contrato por tres años pero con prórroga, es decir que cada seis meses me hacían firmar, y cuando llegó junio de este año se me venció y justo salió la propuesta de ir a Uruguay. Mi representante, Arturo Millet, que es de México, me llevó a Uruguay para fichar para Fénix por seis meses. Ahora se terminó el contrato y estaba la chance de ir a Nacional o Peñarol, pero como no jugué mucho, me voy a quedar en Fénix nomás, con la posibilidad de debutar en Primera el próximo año”, afirmó el catamarqueño.
Fénix terminó en el cuarto lugar de la tabla en el último torneo, donde el campeón fue Peñarol. El equipo es dirigido por Lolo Fabalo, y el “Bebo” Ontivero es el único jugador argentino. En el equipo también hay tres panameños, un brasileño y un chileno.

- ¿Estás cómodo en Fénix?
- Sí, cómodo y recontento.
-¿Y cómo es el fútbol uruguayo?
-Es fuerte, se pega mucho, hay una importante polarización con Nacional y Peñarol, pero también equipos buenos como Defensor Sporting, Danubio, Fénix.
-¿Seguís el fútbol argentino?
-No mucho, pero algunos partidos veo, cuando juega Boca o San Lorenzo.
En otra parte del diálogo, Lucas confiesa estar tranquilo en Uruguay, pero también afirma que se fue con una deuda pendiente.
“Me quedaron las ganas de debutar en la Primera de Argentina, pero estoy tranquilo porque me está yendo bien, siempre me tengo fe. Además recién tengo 18 años (los cumplió el 9 de septiembre), y si Dios quiere voy a volver a Argentina y debutar en Primera, es una meta que tengo”, dijo con total firmeza.
Lucas desde muy chico se fue de su casa para empezar su camino en el fútbol, siempre con el objetivo de lograr algo importante, pero nunca se olvidó de su tierra y sus orígenes.
“Me encanta venir a Catamarca, cuando me lesioné pedí permiso para venir a y no me dejaron, así que tuve que esperar hasta que terminara el torneo. Cuando vengo aprovecho a full a la familia y a los amigos”, cuenta.
“Yo me fui de chico, por eso ya estoy acostumbrado a estar solo, yo me fui de mi casa a los 9 años, ya no lo sufro tanto, pero se sufre igual, pero en mi caso no tanto como cuando era más chico”, dice.
Lucas hizo inferiores en San Lorenzo de Alem; su familia vive en pleno corazón del barrio Los Ejidos y para él es imposible estar alejado del sentimiento familiar por los colores azulgrana.
Por eso en la charla también surgió preguntarle por San Lorenzo, a lo que respondió: “Leo algo por internet, pero últimamente no lo estoy siguiendo tanto, si sé que está jugando el Argentino B y eso es bueno para el club”, dijo.
El regresar a Catamarca despierta muchos recuerdos en Lucas, por ejemplo sus inicios en la Séptima División del “Santo”.
“Cuando vengo a veces me junto con mis compañeros con los que jugamos en inferiores; ahora ellos están en la Cuarta División, el otro día salieron campeones, los fui a ver a la Liga en la final contra Defensores del Norte, estuve con ellos, fui a apoyarlos, cuando vengo siempre trato de ir a ver los partidos de ellos”, contó con la humildad que lo caracteriza.
La tarde ya iba cayendo, pero antes de la despedida, Lucas nos contó que esa mañana había sido padrino de Máximo, su primer ahijado, el hijo de su tía Antonella.
Después llegó el saludo final y los augurios para que tenga un gran año 2013.
Lucas estará dejando Catamarca el próximo 4 de enero para volver a Uruguay, porque el 7 de enero tiene que empezar la pretemporada con su club.
Todavía le quedan algunos días de disfrute en su tierra, antes de que nuevamente tenga que dejar la provincia –como hace nueve años- para seguir con sus sueños, esos que corren detrás de una pelota de fútbol.

Eduardo Chacón

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