Escribe: Eduardo Chacón

El nivel futbolístico que mostró San Lorenzo el domingo fue muy preocupante pensando fundamentalmente en el futuro. Pasó casi la mitad del torneo –con cambio de director técnico en el medio- y el equipo no apareció en plenitud. Está lejos de conformar a sus seguidores, que el domingo se fueron de la cancha molestos, no tanto por la derrota sino por lo poco que mostró el equipo. La preocupación no es tan solo de los hinchas, también se traslada a los dirigentes y principalmente al cuerpo técnico.
Por primera vez desde que Salvador Mónaco dirige al equipo, no quiso hablar con la prensa al final del partido. Ni bien terminó el partido se fue raudamente al vestuario. Fue toda una señal.
Mónaco tendrá que trabajar mucho para cambiar la realidad futbolística de San Lorenzo y también para demostrar que los dirigentes no se equivocaron con su llegada.
¿Que al plantel no lo armó él? Es cierto. ¿Qué tiene poco tiempo de trabajo? También. Pero él aceptó asumir bajo esas condiciones y no es válido poner excusas. Sabía lo que agarraba y a lo que se tenía que enfrentar.
La apuesta por Mónaco para darles rodaje a los juveniles del club está bien como proyecto a largo plazo, pero San Lorenzo necesita puntos para mantener la categoría y sus exigentes hinchas quieren ganar. A esto lo tendría que saber la dirigencia.
Ahora deberá jugar el último partido del año y después será momento para analizar y dejar en claro cuál es el objetivo y a qué apunta. Autocrítica y un baño con la realidad no vendrán nada mal. Después quedará mucho por jugar…tiempo para cambiar y mejorar tiene, ojalá que no sea demasiado tarde.