En Rafaela, fue Atlético el que salió a proponer un juego ambicioso, a buscar el arco de Migliore. Eso no llamaba la atención, sino la postura de Argentinos Juniors que, a pesar de tener el material como para hacerlo, no se animaba a la creación y si apostaba todo a alguna pelota parada cerca del área local.

Pero lo mezquino del planteo lo terminó castigando, al menos en la primera mitad. Porque a pesar de no estar todo lo preciso que hubiese soñado Burruchaga, la Crema fue quien tuvo las chances de anotar. Primero con Canuhé y luego con Diego Vera, que no alcanzó a soplar un centro que atravesó toda la línea de gol. La apertura del marcador llegó recién a los 32 minutos, con un zurdazo de Diego Ferreira, que capitalizó una buena jugada en ofensiva. Era justo el 1 a 0 en favor de los locales.

Pero, por fin, en la segunda mitad, Argentinos se despertó. Apostó un poco más al juego asociado y le fue bien. Era lógico. Además, el retraso de Rafaela hizo que primero Villalva y luego Nagüel (después de una excelente maniobra personal), Leonardo Sánchez (de cabeza) y Boyero, bien tapado por Néstor Conde, tuvieran enormes ocasiones para empatar.

No se le dio el gol, es verdad. Pero Ricardo Caruso Lombardi habrá concluido en que esa es la manera, y no la apuesta vaga del primer tiempo. Rafaela, con orden táctico y buenas acciones colectivas, terminó por llevarse tres puntos fundamentales en su lucha por permanecer en Primera División.

TN.