La sorpresa no es por el resultado; más bien por la actitud. Es que Quilmes tenía una partida durísima, al visitar a uno de los mejores equipos del fútbol argentino: Belgrano. Durísima por lo que significa enfrentar a lo de Zielinski en su propio estadio, que además estaba casi repleto. Sin embargo, el cervecero, lejos de replegarse, salió a jugar. Tanto que ya a los 30 segundos tuvo su primera chance clara, con un intento de Hipperdinger que no fue gol sólo por la excelente reacción de Blázquez.

Volvió a tenerla con Matías Morales y, finalmente, pudo abrir el marcador a los 28 minutos de la primera mitad, con un centro de Caneo que encontró a Alan Alegre, quien la empujó para cortar una sequía de cinco partidos sin tantos a favor del equipo de Nelson Vivas. Todo era de QUilmes, más allá de las intenciones del Pirata.

El partido cambió -al menos, desde el equilibrio- en la segunda mitad. Quilmes se retrasó, tal vez por la insistencia de los cordobeses que, empujados por su público, se fueron con todo sobre la valla de Sebastián Peratta, quien terminó siendo una de las figuras del juego. El exarquero de Newell's se lo sacó a Márquez y a Pittinari en la misma jugada, también estuvo atento ante los varios envíos aéreos de los celestes.

Por otro lado, César Pereyra y Esteban González -sobre el final-, solos frente al arco, no tuvieron la precisión necesaria para empatarlo. A pesar de la corajeada, de haber recuperado la memoria, a Belgrano el tiempo se le extinguió entre los dedos. Así, Quilmes se llevó del Mario Alberto Kempes un triunfo dorado, de esos que cuestan.

TN.