Newell's venció a River y se escapa

La Lepra le sacó tres puntos a Arsenal y doce al Millonario.
lunes, 14 de octubre de 2013 00:00
lunes, 14 de octubre de 2013 00:00

Una final a mitad de campeonato jugó River frente a Newell's, que llegó a la cita con el firme propósito de subir un peldaño más en la escalera que puede entregarle una nueva estrella. En la jerarquía individual y en la actitud colectiva para desarrollar el libreto se justificó el resultado y el festejo de los rosarinos, que se impusieron por 1 a 0. Fue un justo premio para quien más propuso en un encuentro que tuvo todos los condimentos: desde un corte de luz que se extendió durante 26 minutos, a una jugada polémica en el área de Newell's, que desencadenó la protestas del técnico Ramón Díaz sobre el árbitro Juan Pablo Pompei.

La identidad futbolística de Newell's y el rompecabezas que resulta ser River quedaron bien diferenciados en lo que expuso cada equipo. No es una casualidad que los rosarinos, últimos campeones del fútbol argentino y quienes marcan el camino en el actual torneo, puedan cambiar piezas y no se resienta el funcionamiento colectivo, mientras que cada ensayo que ejecuta Ramón Díaz-obligado a veces por las ausencias o por los flojos desempeños de las individualidades- se parezca a manotazos desesperados por encauzar el rumbo de un conjunto que pocas veces evidenció en el actual certamen ejercer el protagonismo que, desde el discurso, pregona el técnico riojano.

Si alguna esperanza atesoraba River de seguir en la pelea por el título, la misma no se trasladó al juego, donde fue superado en la mayor parte del recorrido. Tenía excusas a mano: cinco modificaciones y una formación con seis futbolistas menores de 22 años es una ventaja demasiado excesiva frente a un rival de jerarquía, con futbolistas de experiencia. El arranque invitó a ilusionarse, porque los millonarios insinuaron plantarse para jugar de igual a igual. La intención duró apenas 10 minutos, cuando Newell's cambió el vértigo por el control de la pelota, una marca registrada que impuso el Tata Martino y a la que le dio continuidad Alfredo Berti, los rosarinos manejaron el ritmo y empezaron a generar situaciones de peligro sobre el arco que defendió Barovero.

Con Bernardi, un futbolista que desde el centro de la cancha conduce con inteligencia y panorama, Newell's dominó, aunque careció de profundidad. Los pases entrelíneas del volante no eran capitalizados por Tonso y Muñoz. Tampoco el valioso aporte de Pablo Pérez y Figueroa en ofensiva lograba trasladar la diferencia. Por pasajes, la figura de Maxi Rodríguez (convocado para jugar con la selección por las eliminatorias) se extrañaba más para terminar las jugadas que para la elaboración.

Las variantes de Newell's para lastimar incluyeron pases filtrados, remates de media distancia, centros aéreos y al ras del piso. River ofrecía una tibia resistencia y no lograba desplegar alguna acción de contraataque, con la velocidad de Lanzini, Andrada o Giovanni Simeone, que quedaron muy aislados.

El corte de luz no le quitó intensidad al juego avasallante de Newell's. Fue una y otra vez sobre el arco de Barovero, que resistía. Apenas protestó Newell's una mano de Vangioni en el área ante un enganche de Tonso. De manera inteligente, no se quedó en la queja el conjunto rosarino: insistió y logró su premio en una jugada de pelota parada que lanzó Figueroa, peinó Pérez y López transformó en gol, después de que Barovero se patinara y quedara a mitad de camino en el encuentro con el balón.

Parecía que nada más podía suceder, hasta la supuesta infracción en el área de Heinze sobre Andrada que el árbitro Pompei ignoró y provocó la reacción de Ramón y los jugadores. Fue el final y el contraste de imágenes: Newell's celebró y robusteció el espíritu con miras al clásico del próximo fin de semana; River se despidió tempranamente de un torneo que nunca lo tuvo como principal animador.

Comentarios

Otras Noticias