Los ruegos de los hinchas de Atlético y San Martín sirvieron de algo. “Todavía no está confirmado que el clásico por la Copa Argentina se juegue en Catamarca”, aclara Maximiliano Brumec, secretario de Deportes de Catamarca. “No tenemos problemas en organizarlo, pero queremos que sea una fiesta y no un problema”, agrega el funcionario.
El párrafo anterior fue publicado ayer en el importante matutino tucumano La Gaceta. Los de la vecina provincia lejos están de resignarse a que el duelo de San Martín y Atlético por los 24vos de Final de la Copa Argentina se juegue acá y no en su provincia.
El periódico continuó así con su crónica: Los catamarqueños no están abriendo el paraguas y, mucho menos, achicándose al desafío. “Vamos a ser escenario de la final del torneo en la que hasta se pueden enfrentar Boca y River. Estamos preparados, pero necesitamos garantías”, les explicó el funcionario catamarqueño Brumec.
Claro queda que la intención es exaltar las dudas (ciertas) que la organización mantiene aún, aunque hasta acá el optimismo fue la bandera de Brumec. “Los dueños del encuentro -por contrato quedó establecido que el clásico se debe jugar en el Bicentenario- siguen esperando una señal clara de los responsables de Seguridad y de los directivos tucumanos para seguir adelante con su proyecto. Los catamarqueños se jugarán entre jueves y viernes una de las últimas cartas que tienen. Sentarán en una mesa a los dirigentes de los clubes y a los responsables de seguridad de ambas provincias para conocer su opinión. Inteligentemente, con el apoyo de AFA y de Santa Mónica, la empresa que organiza el certamen, convocaron a funcionarios de Seguridad Deportiva de la Nación. Y, se sabe, la línea que baja desde la Casa Rosada es que los violentos no deben ser un obstáculo y, mucho menos, si se trata de una fiesta popular”, se informó en el medio tucumano, que dejó sentada su postura.
El tire y afloje seguirá en los próximos días, con el análisis de la seguridad en el medio de todas las presiones de tucumanos y catamarqueños que se pusieron sobre la mesa.