Juan Martín Del Potro se tomó revancha en el ATP 500 de Rotterdam y alcanzó la gloria. El tandilense, quien había perdido la final en 2012, venció por 7-6 (2) y 6-3 al francés Julien Benneteau y se coronó por primera vez en el torneo holandés, que se jugó sobre cemento y bajo techo, con 1.575.875 euros en premios.

 El trámite del primer set no comenzó de la mejor manera para Delpo, ya que el italiano le quebró el saque en el segundo game y sacó rápidamente una ventaja de 2-0. Sin embargo, el tandilense se recompuso con mucha autoridad y dio vuelta el resultado con dos breaks para quedar 4-2 arriba en el marcador.

 Parecía que todo estaba controlado para llevarse el primer parcial, pero la velocidad y el oportunismo de Benneteau echaron por tierra un doble set point del tenista argentino, quien cayó en un pozo de imprecisión. El italiano logró remontar un 5-3 en contra y, tras quebrar el servicio de Del Potro en el décimo juego, pasó al frente por 6-5. Con una lucha incansable, el tandilense logró empardar para llevar la definición al tie break, donde recuperó la memoria y aplastó al europeo por 7-2 tras quebrarle el saque nuevamente.

 Ya en el segundo parcial, Benneteau sintió el desgaste del primer set y se hundió en un mar de errores, y así las cosas fueron mucho más fáciles para Del Potro. El tandilense se puso 3-0 arriba con un quiebre en el segundo game, y si bien el galo dio pelea hasta el final haciéndose fuerte en el saque, el argentino fue más contundente y más audaz para sostener la ventaja con el servicio a su favor. En el noveno y último juego, Delpo se reivindicó de los errores del game anterior, cuando desperdició un 40-0 a favor, y festejó luego de un saque potente que dejó sin chances al francés.

Y así fue como Del Potro se consagró por primera vez en Rotterdam. El tandilense conquistó el 14° título en su carrera y se tomó revancha de la última edición, cuando cayó en la final ante Roger Federer. La temprana y sorpresiva eliminación del suizo en 2013 fue la clave para que el tenista argentino asumiera la condición de favorito, y no defraudó en la definición ante Benneteau, donde demostró ser el mejor del certamen.

Clarín