Una vez más, un partido fue suspendido en la cancha de Talleres de Perico por la explosión de un elemento pirotécnico. El local le ganaba cómodo 3 a 0 en el clásico a Altos Hornos Zapla, hasta que una bomba de estruendo cayó cerca del arquero Gonzalo Vicente, de Zapla.
Según relató el diario El Tribuno de Jujuy, “al verse perdedores, los hinchas de Zapla amagaban con retirarse, luego volvieron y la ansiedad y violencia empezaron a conjugarse en la parcialidad local. Un integrante de la hinchada del Expreso arrojó una bomba de estruendo y ésta cayó cerca del arquero Merengue, que se tiró inmediatamente. Como es de esperar en estos casos, todo fue caótico y siempre el que se las lleva de perder es el club local, que debe garantizar la seguridad. Talleres ya tuvo un caso similar anteriormente”, publicaron en su edición de ayer.
Algo parecido había pasado no hace mucho, con el arquero de Villa Cubas Fermín González. Ese día “Villa” perdía 2 a 0, y tenía un jugador menos con un tiempo por jugarse. El Consejo Federal le dio esos puntos al equipo catamarqueño, y sancionó económicamente a los jujeños.