Boca respira un poco más tranquilo. Fue un triunfazo. Un 2 a 1 ante Barcelona que se festejó y mucho. Es que tras un mal arranque de torneo y Copa, el equipo necesitaba descargarse con una victoria así. No lució, es cierto, pero pisó fuerte en Ecuador y consiguió algo más que tres puntos: confianza para el futuro.
Fue realmente muy flojo lo de ambos equipos en el primer tiempo. El local fue apenas mejor, pero sólo incomodó con un remate de Paredes que se fue por encima del travesaño. Tuvo más la pelota pero jamás encontró la llave para abrir la defensa Xeneize. El mejor de los de Bianchi, a lo largo de los 90 minutos, fue Cristian Erbes. Fue el mediocampista más adelantado y el que más se preocupó por generar juego.
Lucas Viatri, tras un flojo arranque, se acomodó y pivoteó bien. Jugando sencillo, siempre intentó encontrar al Burrito Martínez: el ex Vélez estuvo muy cerca de convertir cuando se terminaba la primera mitad.
Boca mató al local a los 14 del complemento. El gol de Martínez dejó sin reacción a los dirigidos por Gustavo Costas. Encima, minutos más tarde, el Chiqui Pérez amplió la ventaja con un cabezazo certero. Y ahí el Xeneize se relajó: manejó el partido a su antojo y mantuvo la pelota lejos de su arco. A un minuto del final, Clemente hizo una infracción infantil dentro del área que Arroyo cambió por gol.
No se lució, pero terminó festejando en una cancha complicada. Aún quedan detalles por solucionar: algunos desajustes en defensa dejaron en evidencia que el equipo aún está en construcción. Arriba faltó generación de juego, pero el encargado de tapar esos errores será Juan Román Riquelme el día que regrese a la titularidad.

TN