Este viernes puede marcar el regreso de Juan Román Riquelme a Boca después de siete meses. O puede sellar el final de la novela del verano, con idas y vueltas del enganche, que primero dijo que no regresaría y luego, ante la llegada de Carlos Bianchi a la dirección técnica, intentó hacerlo pero no hubo acuerdo en el contrato con el presidente Daniel Angelici y el resto de la dirigencia del club.

El día empezó con la llegada de Angelici a la Argentina. Minutos antes de la 10 de la mañana, el avión que lo trajo desde Qatar aterrizó en el aeropuerto internacional de Ezeiza, donde había una guardia periodística. Ante esto, el presidente de Boca salió por otro lado y esquivó así a los periodistas, que no pudieron sacarle ninguna declaración sobre la posibilidad de que hoy se cierre el retorno del 10.

Entonces, la expectativa se trasladó a Casa Amarilla, donde fue Angelici para encontrarse con Carlos Bianchi, el DT que tanto pelea por la vuelta de uno de sus jugadores fetiche. La reunión con el Virrey se dio después del entrenamiento y duró unos 20 minutos, pero quedó en el más absoluto de los silencios. En la conferencia de prensa, el técnico evitó hablar de eso y sólo contestó unas pocas preguntas sobre la posible vuelta de Román.

La agenda de Angelici no terminó ahí. El presidente cumplió con lo que prometió y está reunido, cara a cara, con Riquelme, antes de ir a la reunión de Comisión Directiva, de las 17 en el complejo Pedro Pompilio, en la que se definiría si le dicen que sí o que no al máximo ídolo en la actualidad del club. De esa charla participan tanto Daniel Bolotnicoff, el representante del jugador y quien lanzó la piedra esta semana confesando el llamado del 10 a Bianchi, y César Martucci, el secretario general de Boca, que se reunió el martes con Bolotnicoff.

Si llegan a un arreglo (¿pagarle sólo si juega?, ¿mantener el monto al dólar oficial?) con Riquelme, en la reunión de CD sólo se confirmaría que Riquelme vestirá otra vez la 10 de Boca, esa que Bianchi le guardó cuando hizo el reparto de camisetas. Pero no es tan fácil; las declaraciones de Bianchi de este mediodía generaron dudas y en esta extensa novela todo puede pasar.