Boca se trajo de Uruguay un triunfo que necesitaba para encauzar su camino en la Copa Libertadores. Venció 1 a 0 a Nacional y quedó segundo en el Grupo con buenas perspectivas para sellar en las dos fechas que restan su pase a los octavos de final de la Copa Libertadores. Sin embargo, para Carlos Bianchi, el DT xeneize, esa no es la mayor alegría.

"Lo que me pone más contento es que no nos hicieron goles. Yo sé cuánto valora una defensa cuando no le convierten. Nos venían marcando en casi todos los partidos, así que lo de hoy es de destacar", señaló Bianchi en la rueda de prensa posterior al partido. Los xeneizes sumaron su segundo encuentro sin recibir tantos en el semestre en nuevo encuentros. El otro fue el 0 a 0 ante Tigre.

Sobre el encuentro en sí, el entrenador consideró: "El primer tiempo fue bastante parejo. Tuvimnos la suerte de convertir el penal y ellos no. El segundo tiempo salimos a tratar de no darle la posibilidad a ellos de no llegar al empate, sabiendo que juegan mucho con las pelotas aéreas. Y logramos soportar el embate final."

Bianchi reconoció el esfuerzo de sus dirigidos: "A medida que pasaban los minutos empezamos a sentir el cansancio de jugar con uno menos desde el minuto 23. Walter tuvo una molestia de entrada y aguantó mucho. Lo mismo Román. Por eso tardé con los cambios, para ir regulando y para evitar que mis jugadores se lesiones."

Por último, explicó la ausencia de Silva y cuestionó a los periodistas: "Ustedes dicen que lo bajé de este partido, pero Santiago no viajó a Ecuador, y tampoco jugó contra Nacional en la Bombonera. Si prestaron atención, el de hoy fue el mismo equipo que el del jueves pasado. Allá (en la Bombonera) fuimos superiores. Perdimos por una pelota parada. Si allá habíamos sido superiores, ¿por qué no íbamos a poder hacerlo igual acá (en Montevideo)? Traerlo a Santiago acá hubiera sido no cuidarlo. Y yo tengo la obligación de cuidar a mis jugadores, y de ser honesto con ellos y con el plantel".

Después, el ya clásico "Chau, felicidades" le puso punto final al diálogo, y el Virrey enfiló hacia un vestuario xeneize que seguramente celebró y mucho la victoria.