Unión de Santa Fe, último en la tabla de promedios y con una racha a cuestas de 26 encuentros sin conocer la victoria, superó como visitante a Boca Juniors, por 3-1, en el partido que ambos celebraron en la Bombonera y que marcó el regreso a la actividad de Juan Román Riquelme.

Luego del emotivo recibimiento de la gente para el 10, empezó un partido difícil para Boca. Un verdadero dolor de cabeza, en verdad. El Tatengue supo controlar a Román, que buscó sin éxito la clásica sociedad con Clemente, y fue inteligente para aprovechar los desajustes defensivos por la derecha del local.

Lizio y Franzoia inquietaron en el inicio por la zona de Albín. Pero sus advertencias se concretaron un poco más tarde. A los 27, el ex River se escapó tras una pared y dibujó una definición de lujo ante Orión, con pique sutil.

Boca todavía no se había levantado de la lona cuando llegó el gol de... Bianchi, ni más ni menos. El delantero, homónimo del Virrey, estiró la ventaja a partir de otra concesión defensiva. El único esbozo en ataque del Xeneize en el primer tiempo llegó a minutos del descanso: Riquelme se escapó a la marca y sacó un derechazo desde fuera del área que pasó cerca.

Román apareció con mayor actividad en el amanecer del complemento y sumó otros tres remates al arco. Perafán atajó abajo uno, mientras que los otros dos salieron desviados. Cuando el local parecía despertar, Burdisso le regaló la pelota a Franzoia y acabó con la esperanza. El ex Boca estrelló la pelota en el palo y Magnín capturó el rebote para gritar 3-0 a los 15.

A partir de allí, Bianchi pareció mirar hacia la Copa para evitar mayor dolor de cabeza. El descuento de Silva (ST 44m) no cambió para nada la imagen de Boca: triste, preocupante y errante.

Fuente: TyC