Título Sudamericano de los Supergallos

A doce años de la conquista de Oliva

sábado, 27 de abril de 2013 00:00
sábado, 27 de abril de 2013 00:00

Mañana se cumplirán doce años de la consagración de Fabio Daniel Oliva (“Buyú”) como campeón sudamericano de los supergallos, tras derrotar por nocaut, en el segundo round, al cordobés Eduardo Enrique Álvarez. La pelea se realizó en el ring levantado en el Polideportivo Capital “Fray Mamerto Esquiú” de nuestra ciudad y provocó un verdadero cimbronazo en el plano nacional, ya que el pupilo de Alberto Zacarías (hijo del legendario Santos Zacarías) era el favorito en la opinión de los entendidos en la materia. Los cinco minutos y fracciones que duró el combate fueron un verdadero concierto de boxeo ofensivo por parte del alumno de Santiago Luis Antonio Tapia (“El Piji”), que se lo llevó por delante a su rival y lo sometió a un duro castigo.
Al mes siguiente del triunfo de Oliva (mayo de 2001), mi colega bonaerense Carlos Irusta me pidió le enviara una nota periodística sobre esta pelea y la invicta trayectoria, hasta ese momento, de nuestro valor, para ser incluida en la revista Ring Side, publicación que está bajo su dirección. Irusta la tituló “Pasta de Crack”, destacando en la tapa de la misma, a modo de anticipo, que “Apareció el Buyú Oliva, invicto y noqueador”. El texto de mi comentario, señala que Oliva “pretendía erigirse en el segundo catamarqueño que lograra un cetro sudamericano en el boxeo profesional de nuestra provincia. Su categórica victoria ante Álvarez despejó las dudas. Fue terminante. Explosiva. Sin ninguna discusión. De alto voltaje. Nocaut, y sin atenuantes. Con el agregado extra de que fue televisada a todo el país por TyC, lo que le otorgó una proyección nacional que venía necesitando. Sobre todo en este tiempo, donde se hace difícil hallar figuras”.
Más adelante se indica que “es menester puntualizar que sus adversarios no fueron “cosa del otro mundo”, salvo algunas excepciones, entre las cuales incluimos a Alvarez, pero se entiende y explica perfectamente, si visualizamos el panorama general en el que está inmerso el pugilismo nacional, en franca decadencia y con marcada ausencia de valores de alto nivel. Tal vez ahí se encuentre la explicación de por qué en muchas ocasiones costó trabajo conseguirle rival para el morocho crédito del barrio Los Ejidos, cuna de campeones: de ese sector capitalino surgieron los hermanos Luis Armando y Hugo Rafael Soto. Oliva siguió los pasos de este último, el único que hasta hoy nos regalara un cetro sudcontinental, cuando noqueara en Viña del Mar al mosca chileno Luis Enrique Paredes, el 27 de febrero de 1991”.
Creo que vale este breve repaso sobre la carrera deportiva de Fabio Daniel Oliva, un hombre que, lamentablemente, con el paso de los años, equivocó feo su andar por la vida, metiéndose por senderos bastante intrincados, que sólo le acarrearon amargas consecuencias. Se habló muchas veces de un posible regreso a los cuadriláteros. Hoy tiene 35 años de edad. Un consejo: mejor quedarse con aquellos momentos de gloria e intentar enderezar el rumbo, buscando las cosas simples y bellas que nos hacen realmente felices.

Leo Romero

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