Había demasiadas caras desconocidas. Algunos juveniles del club, otros jugadores que no tienen demasiada regularidad. Aunque estaba Iniesta, faltaban Messi y Xavi, dos de las grandes estrellas. Pero el Barcelona cambia nombres pero no estilo. Juega un fútbol que no suele verse en ninguna otra parte del mundo. Y lo respeta siempre. Aún en un partido que roza lo intrascendente. El equipo de Vilanova le ganó al Mallorca por 5 a 0, en el Camp Nou, y se mantuvo en la punta de la Liga de España, con 78 puntos y 13 de diferencia sobre el segundo, el Real Madrid.
¡Qué exhibición que dio Cesc Fábregas! El español es uno de los más elegantes del fútbol moderno. Por momentos da la sensación de que juega en patines. Hoy, ante el Mallorca, se asoció varias veces con Iniesta y con Alexis Sánchez. Marcó tres goles, uno más lindo que otro. El chileno fue otro que estuvo enchufado, con otros dos tantos y muy metido en el juego del equipo. El partido se terminó a los 30 minutos del primer tiempo.
Algunos de los chicos del club, como Bartra, Tello (en menor medida, porque ya tiene mucha experiencia) y Thiago, cumplieron y demostraron que están a la altura. Estos jóvenes ingresan al equipo con una idea establecida. Circular la pelota, moverse para generar espacios y controlar la posesión. Desde los jugadores más chicos hasta los grandes, todos saben y entienden cómo se debe jugar. Por eso el Barça es tan distinto.
La cabeza estaba puesta en el partido del próximo miércoles ante el PSG, por el partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions League. Messi lo vio desde la platea, con el objetivo de llegar recuperado al encuentro. Xavi no estuvo ni entre los concentrados. Pero el Barcelona regaló otra obra maestra. Es una cuestión de estilo.

TN