Es claro que hubo muchas aristas con carácter de clave que llevaron al Atlético Policial a esta instancia del Argentino B, donde tiene un 50% de posibilidades de ascender, y el mismo porcentaje de quedar en el camino (después de todo es fútbol, ¿no?). Pero sin dudas que lo más importante que le ha pasado a este “Matador” catamarqueño ha sido la continuidad. No por nada ocho de los once apellidos del equipo titular se repiten desde el año pasado, siendo la estructura vertebral de arquero, dos, cinco y nueve, exactamente la misma. Sólo el lateral izquierdo, y los dos volantes externos de este 4-4-2 que tampoco es nuevo, son jugadores distintos a los del año pasado, cuando “Poli” también fue protagonista pero se quedó sin combustible en el camino.

Nombre por nombre

Esteban Salvatore volvió para ser aquel mismo que muchos recordaban, antes de partir a San Martín de Tucumán y continuar con su carrera. El presente lo tiene como el capitán del “Matador”. En la línea de cuatro Julio Valdivieso recuperó su nivel, y es clave, tanto como Matías Sacco y Hugo Cortez, la pareja de centrales que más que titulares son inamovibles.
Ya en la línea del medio, los dos volantes centrales son los mismos del año anterior, con los mismos roles y todo. Carlos Rivero rompe, y Alexis Brizuela juega. Así como los marcadores centrales, formaron una sociedad basada en la costumbre de tener al otro al lado.
Adelante los goleadores se repiten de igual manera: el tucumano “Pica” Fernández es hoy la experiencia, y Luisito Seco la promesa, cuando no esperanza. Son estos los ocho jugadores que desde la era de Juan Ángel Bernuncio se quedaron a formar hoy parte del equipo titular de “Poli”, eso sin contar a varios suplentes que también fueron de aquel equipo de Don Ángel. No es un misterio que los “nuevos” son el lateral Diego Bogado, y los volantes creativos Dante Acosta y Nico Herrera.
En el banco además de Bustamante, Salcedo, Olmos o Acosta, también están los otros refuerzos made in Catamarca: Silvestre Sacallán volvió después de su periplo bonaerense entre Boca y Estudiantes de Caseros, y Juan Aballay hizo lo propio luego de andar por Córdoba en Talleres y Mandiyú en Corrientes. Dos que se cambiaron de vereda y son igual de importantes, son el veterano Gustavo Luján, y el andalgalense Nico Luna, antes en Villa Cubas.
Más o menos estos jugadores son los que componen a este Atlético Policial, el de la continuidad y la ilusión, que ha llegado a la final por un ascenso al Argentino A de la mano de un plantel corto pero rico, y el inestimable trabajo del “Tigre” Amaya.
Los muchachos, después de todo, no estábamos tan equivocados cuando el año pasado a estas alturas nos pedían que digamos la verdad. La verdad es clara: “Poli” es finalista del certamen, y está entre los seis mejores equipos de la categoría.

Martín Noriega