Luego de cuatro años River volvió a una competición internacional. Lejos quedó su pasado en el Nacional B y los momentos de sufrimiento por los escasos resultados conseguidos. Su rival era nada menos que San Lorenzo, aquel equipo que lo eliminó de la Copa Libertadores con dos jugadores menos en su propia casa. Tal vez para los hinchas, ésta podría ser una oportunidad para vengar la angustiosa serie vivida en el 2008.

El Pedro Bidegain fue el escenario del duelo de ida de la segunda ronda de la Copa Sudamericana. Con un comienzo electrizante, los conducidos por Juan Antonio Pizzi intentaban mantener el dominio de la pelota, mientras que el "Millonario" apostaba a las rápidas salidas de contragolpe.

El espectáculo era trabado, ya que prevalecía el roce físico sobre la creación de situaciones ofensivas. De modo que a los 17 minutos del pitazo inicial, el "Millonario" aprovechó muy bien una jugada detenida. El venenoso disparo de Jonathan Fabbro complicó la floja resistencia de Cristian Álvarez y le permitió a Jonathan Maidana tomar el rebote del arquero para marcar el 1 a 0. Con la desventaja algunos plateístas comenzaron a insultar al técnico "azulgrana" y el Nuevo Gasómetro empezaba a desesperarse por el marcador adverso.

Recién faltando ocho minutos para el descanso, se produjo una acción que podría haber derivado en el tanto del "Cuervo". Un grosero error de Leandro Chichizola puso en suspenso al duelo, dado que al intentar rechazar una pelota, el arquero no pudo superar la presión de Ángel Correa y el juvenil atacante envió la pelota al fondo de la red. Pero Mauro Vigliano sancionó una mano del delantero y le "salvó la vida" al guardameta millonario. La mínima diferencia permanecía en el score al término del primer tiempo.

En el complemento, el ingreso de Gonzalo Verón por Prósperi fue una demostración de intenciones en San Lorenzo. Con el objetivo de lograr un mayor peso en el ataque, el "Ciclón" presionaba a la última línea "millonaria", pero descuidaba demasiado a su defensa. Los posibles avances de Lanzini y los pelotazos de Cristian Ledesma generaban una amenaza constante en el arco local.

Pero desde el banco de suplentes de la visita también se gestaba un deseo, que nada tenía que ver con la ofensiva. Las variantes de las que dispuso Ramón Díaz mostraban la conformidad en el resultado y la poca importancia que le daba al juego en sí. Las salidas de Fabbro y Rojas por Carlos Carbonero y Ramiro Funes Mori simbolizaban la renuncia al ataque para preservar la ventaja.

A pesar de los inútiles y desprolijos ataques "blaugranas", los de Núñez defendieron como pudieron el 1 a 0. La improvisada ubicación de Leonardo Ponzio como lateral derecho y la inestable participación de Ramiro Funes Mori no fueron aprovechadas por los de Boedo, que deberán revertir esta caída en el "Monumental". En cambio, los del "Pelado" deberán mejorar indefectiblemente en todas sus líneas, porque más allá de la victoria conseguida, el nivel demostrado en el Pedro Bidegain quedó en deuda.