Con un minuto de silencio, por la tragedia ocurrida en Rosario, Boca inició su participación en el único certamen que disputará durante este semestre. Por lo tanto, con la obligación imperiosa de comenzar con el pie derecho, el conjunto de Carlos Bianchi saltó al campo de juego con el objetivo de ser el protagonista estelar de la tarde cordobesa.

Sin embargo, a los seis minutos del primer tiempo un baldazo de agua fría sorprendió al “Xeneize”. Tras una gran combinación ofensiva Belgrano golpeó primero gracias a Sebastián Carrera. Un rebote largo de Agustín Orión le permitió al ex Almagro anotar el 1 a 0.

Las miradas entre los propios jugadores demostraban la falta de credibilidad en el marcador. La desventaja fue un duro cachetazo que hizo reaccionar muy rápido al conjunto del “Virrey”. Si bien la actuación de Carlos Maglio fue un tanto polémica, al sancionar un penal cuando se encontraba muy lejos de la jugada, Juan Román Riquelme igualó el score en uno.

Pero las decisiones del árbitro iban a seguir incidiendo en el duelo disputado en el Mario Alberto Kempres: dos goles anulados al “Pirata” por supuesta posición adelantada y una falta adentro del área contra Sebastián Carrera no cobrada significaban argumentos muy sólidos para que Ricardo Zielinski exponga su queja en forma desmesurada.

En el complemento los veloces contragolpes seguían perjudicando el sistema defensivo de Boca. Los pelotazos cruzados a las espaldas de los centrales, para la llegada de los puntas, César Pereyra y Fernando Márquez, significaban un problema muy difícil de resolver. Los inconvenientes del campeonato pasado volvían a aparecer en el Torneo Inicial.

El ingreso de Nahuel Zarate en lugar de Emanuel insúa fue un claro intento de Bianchi para reparar a una defensa que se mostraba muy vulnerable. Igualmente, el juego colectivo del equipo de Zielinski seguía lastimando la fragilidad de Boca, porque el problema no estaba sólo en la última línea, sino también en la escasa posesión de la pelota.

A pesar de la superioridad de Belgrano, cuando faltaban diez minutos para el cierre del partido, el “Xeneize” tuvo una clara opción para ponerse en ventaja. Tras una gran asistencia de Riquelme, Emmanuel Gigliotti le rompió el pecho a Juan Carlos Olave, quien en dos tiempos desactivó la acción de peligro. Fue la primera intervención del ex Colón, quien a la hora de definir debió optar por la precisión en lugar de la potencia.

El duelo se terminaba y Boca se acercaba de a poco al arco "celeste". Con escasos recursos y sin ideas, el elenco de la “ribera” aprovechaba los errores defensivos del “Pirata”. Así, de forma inesperada, el “Cata” Díaz marcó el 2 a 1 definitivo. Luego de un córner el ex hombre del Atlético Madrid se elevó en el cielo cordobés y selló el debut esperado. A pesar del flojo rendimiento, el equipo porteño se llevó tres puntos muy importantes para entusiasmar a un pueblo que lo siguió por televisión, aunque está claro que, si desea mantener el mote de candidato, deberá mejorar mucho su rendimiento.
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