Matías Almeyda: "Si pudiera, pondría muchos más delanteros"

lunes, 9 de febrero de 2015 00:00
lunes, 9 de febrero de 2015 00:00

Hay otro Matías Almeyda. De aquel futbolista vehemente a este entrenador cerebral pasó mucho fútbol. Y, sobre todo, pasó mucha terapia. Hubo, en el medio, golpazos personales, como la depresión posterior a su retiro. En esa época, cada vez que un micrófono lo interpelaba, aquel Almeyda disparaba alguna crítica. Era más una hemorragia de palabras que un argumento inobjetable. Este Almeyda, modelo 2015, con la indumentaria que lo identifica como entrenador de Banfield, se toma su tiempo para pensar. Mantiene la actitud crítica con aquello que no le gusta de la sociedad, del fútbol; de la vida. Pero ya no dispara munición pesada. Ahora busca conciliar. Asegura que cumplirá su contrato con Banfield (vence en diciembre) y que su deseo es volver a Europa, donde vivió diez años. Si por él fuera, coleccionaría delanteros. Porque él, en definitiva, siempre soñó con ser número 9.

- ¿Te gusta cómo se juega en el fútbol argentino?

- Sí. Soy fanático del fútbol argentino: crece constantemente. Es muy difícil de jugar. Es muy competitivo. Los entrenadores nos tenemos que arreglar muchas veces con lo que tenemos. Exprimir y potenciar lo que tenemos para que el club pueda vender. Entonces, el trabajo es doble. Por ahí yo veo a los entrenadores y el juego de Europa, y está bárbaro. Cobran una fortuna.. Piden y les traen a los que piden..

- Entonces, es más fácil ser entrenador en Europa.

- Es diferente. Los viajes no son los mismos: acá viajás en micro. Los hoteles no son los mismos, las canchas en las que entrenás no son las mismas. Los elementos de trabajo no son los mismos. Hay un montón de cosas que son distintas, pero que te nutren más como entrenador.

¿Te gustaría dirigir en Europa?

- Sí. Aspiro a ser entrenador en Europa. Quiero volver. Primero quiero poder cumplir mi contrato en Banfield, que es hasta diciembre. Y una vez que lo termine, ver.

- ¿Tenés algún club que no dirigirías?

No..

- El Cholo Simeone dijo que no dirigiría ni a Brasil ni a Real Madrid

- Eh.. Es difícil que nos elijan a nosotros para dirigir Brasil. Brasil es muy rico futbolísticamente. Con respecto a los clubes, en Europa, no tendría problemas.

- ¿Y acá?

- No dirigiría a Boca. Por una cuestión de respeto a lo que viví. A donde nací, donde me crié futbolísticamente. Y también porque, digamos, no iría nunca. Ni Boca me llamaría nunca a mí.

- Sin embargo, tu tridente ofensivo en Banfield fue formado en Boca: Noir, Viatri, Bertolo.

- Sí. Está bien. ¡Van a hacer más goles acá que en Boca!

- Ese perfil ofensivo que le das a tu equipo.. ¿En qué te basás? ¿Por qué?

- Primero y principal, porque me encanta que los jugadores hagan goles. Creo que en cada gol que hace un jugador de fútbol se ve la nobleza, la lealtad y la alegría sin fingir. Entonces, pondría muchísimos más delanteros. Yo desde chico hubiese querido ser delantero.

-¿Número 9?

Nueve, sí. Pero las piernas y la mente hicieron que fuera más para atrás (risas).

-En aquel período en el que estuviste semi-retirado, antes de volver a River, hablabas de la crisis política del país. Del campo. De tu propia crisis. ¿Qué cambió desde entonces a ahora?

- Aprendí a callarme. La madurez me hizo dar cuenta de que hay que callarse. Aún sigo viendo cosas que no acepto. En 2015, muchas veces no acepto cómo vivimos, Pero soy parte de esta jauría; aprendí a callarme, porque no sirve. No soy nadie para opinar. Y las opiniones me las reservo. Las hablo con mis seres queridos: intercambiamos opiniones, discutimos. Creo mucho en Dios. Creo en el amor, creo en la honestidad, en la sinceridad. De esa manera, muchas veces te chocás contra muros.. es difícil.

-¿Te ayudó la terapia a aprender a callarte?

- Me han ayudado un montón de cosas. Me ha ayudado que muchas veces hablé lo que siento y pasé a ser criticado porque era un "sincericida".. Ésa es la palabra, ¿no? No lo entendía. ¿Cómo uno que expresa sus sentimientos es criticado por eso? Entonces, digo.. No vivimos en democracia. Yo quiero vivir en democracia. Aceptar los errores de los demás, como los acepto, y que los demás acepten las opiniones mías. Pero me di cuenta de que no sirve. Entonces, prefiero callar. Y no sé si vivo en democracia. Conmigo mismo, sí, porque en realidad vivo como deseo, como pienso. Pero no con respecto a lo que veo. Y a las opiniones.

-¿No es una contradicción?

- Sí. Pero el sistema actual te lleva a ser contradictorio. Vos, seguramente, no escribís todo lo que pensás o lo que ves. No podés. Entonces, estamos todos iguales. ¿O no?

-¿Y qué se puede hacer desde el fútbol con eso?

- Yo desde el fútbol lo trabajo.. Por eso me metí de entrenador. Puedo tener un millón de errores, pero trato de ser honesto: no robo. ¡No robo! No voy prendido en nada. Entonces, algo voy cambiando. Trato de serle sincero al jugador. Con mis defectos y virtudes. Y trato de ser un compañero más.

-Generacionalmente, lo sos.

- Sí, pero en realidad en el fútbol siempre se marcó como que el entrenador tenía que poner ese orden.. Y digo.. Los militares no están más. Vivimos en democracia. Entonces, hay una línea media. Ser respetado por el lugar que te toca ocupar, pero a la vez somos compañeros, porque todos vivimos de lo mismo. Siempre traté de incluir y juntar a diferentes partes del fútbol. Sean periodistas, jugadores, técnicos y dirigentes. Está en nosotros lo que le vendemos a la gente; muchas veces digo que le vendemos hipocresía. Contestá algo de eso vos.. ¿qué le vendemos a la gente?

-Un producto que muchas veces se nos escapa y que parece la guerra o el fin del mundo. Y en realidad es un juego

- Es un juego. Entonces, digo de unirnos. En definitiva, todos vivimos de la pelota. Algunos ganan más y otros menos, pero todos vivimos de la pelota. Entonces, le tenemos que hacer un monumento a la pelota y cuidarla. Estando todos juntos, creo que somos una potencia futbolística a nivel mundial, que muchas veces entre nosotros mismos la vamos matando. Como nos matamos y nos robamos en la calle. Es lo mismo en el fútbol. El fútbol argentino es un fiel reflejo de cómo vivimos.

-¿Qué opinás del fútbol sin visitantes?

- Y Si no se puede..

-No se puede... ¿O no quieren?

- Creo que es una cuestión cultural. En Inglaterra tampoco se podía. Pudieron. Pero hay otra preparación.

-¿Qué sentís cuando ves una tribuna vacía?

- Es una lástima, porque el juego en sí es un espectáculo. Y yo fui chico y moría por ir a ver un partido. Por eso me gusta el campeonato largo, y el campeonato que se abrió para equipos de las provincias, porque la gente de las provincias también son argentinos. Ellos merecen tener lo mismo que tiene la gente de Capital. Eso está bárbaro.

-Naciste en Azul... ¿Cuánto hace que no va un equipo de primera, ni cerca?

- ¡Nunca fue!

- ¿No tienen tanto derecho como los de Mar del Plata o los de La Plata?

- Claro, pero vos fijate que es todo tan raro que la liga de Azul vota para presidente de AFA. ¡Y tienen dos pelotas! ¿Cómo es? Hay un montón de cosas por mejorar. Ojalá que venga un cambio serio y que entre todos podamos cambiar al fútbol. Y no depender sólo de resultados. Creo que entre todos lo podemos cambiar.

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