El emblemático volante José Domingo Avellaneda jugó su último partido en la Liga Chacarera en el ascenso de La Tercena. “Es muy importante para mí, para todo el grupo. Creo que hicimos un esfuerzo muy grande todo el año, estos jugadores merecían sacarse la espina del descenso. Muy contento por haber aportado mi granito de arena para que La Tercena pueda decir otra vez que es de Primera”, manifestó.
“No me voy triste, me quería ir así, contento, jugando, demostrando que podía ser útil. Les agradezco mucho al cuerpo técnico y a los compañeros por haber confiado en un jugador de 43 años”. Además, agregó: “Ojalá el grupo siga, que la gente que se sume pueda hacer lo posible para mantenerse en la A”. 
Con la calidad intacta, el centrocampista vistió camisetas de equipos que se recuerdan mucho y se dio el gusto de jugar con Diego, su hijo mayor.