El presidente de FIFA, el suizo Gianni Infantino, y el titular de Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez, retornaron a sus países de origen, luego de la fallida Superfinal de Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors, pero en pocos días volverán a estar en contacto con Argentina y con esta por ahora indefinida contienda sudamericana.
Infantino y Domínguez se alojaron en un lujoso hotel del centro porteño y alrededor de las 16.30 partieron simultáneamente hacia sus respectivos destinos. 
Domínguez tutelará mañana, en la sede de Conmebol en la ciudad de Luque, a 50 kilómetros de Asunción, una reunión decisiva con los presidentes de River Plate, Rodolfo D’Onofrio, y de Boca Juniors, Daniel Angelici, para definir el futuro de esta Superfinal, que fue postergada ayer por la Conmebol, sin fecha definida. 

En Luque 

Se hará mañana la reunión para ponerle fecha a la final.