Raúl 'El Rata' Gordillo
Un triunfador de la vida y el deporte
De chiquilín, en los potreros de su Catamarca natal, lo llamaban “El Rata”, cuando no “El Ratita”. Una vez que ingresó en el fútbol profesional y se hizo conocido, la prensa nacional hablaba de “El Mono”.
Lo llamaren como lo llamaren nos referimos a Raúl Gordillo, uno de los más grandes futbolistas –al nivel de Daniel “El Cata” Díaz o Guillermo “El Pucho” Reynoso- que diera el fútbol catamarqueño, tal como lo demuestra una historia larga y plagada de éxitos.
(Aquí comenzó la historia. Campeón 1990 con Juventud Unida. Sus compañeros de hace 28 años: Acevedo, Adolfo Quiroga, Carlos Chacur (sigue Gordillo), García, Carabajal, Bazán, Romero, Quevedo, Jorge Rodríguez, Pedro Díaz, Guillermo Saint Claire, Tolosa, Liendo, Enrique Saint Claire y Pérez.)
La verdad es que resulta un placer volver la mirada hacia atrás para disfrutar momentos inolvidables que, en su máximo esplendor, sólo el fútbol nos puede brindar.
Por ello precisamente quiero destacar la carrera ejemplar de Gordillo, ese embajador del deporte catamarqueño que paseó su calidad por el mundo entero.
El punto de partida
Nacido el 14 de septiembre de 1974 en esta Capital, aquel pibe menudo y de piernas delgadas surgió de las divisiones inferiores de la Asociación Juventud Unida de Santa Rosa, cantera inagotable de notables jugadores de fútbol. De allí salieron, entre otros, “Cata” Díaz y el fallecido Varela que jugaba en Banfield.
Sus condiciones y habilidad lo tornaban imparable por la punta izquierda en todo el período de inferiores que, bajo las órdenes del “Negro” Soria y Misael López (“ya no están, pero los llevo en el corazón”, nos dice), cumpliera con los colores auriazules. Tampoco olvida a “Tofa” Agüero, a quien recuerda como una persona querida y apreciada.
(Su llegada al fútbol grande, a Rosario Central. En el centro está el técnico, Pedro Marchetta, que lo hizo debutar en primera. Además, sus compañeros Fernández, el “Kili” González y “Vitamina” Sánchez.)
Más allá de sus maestros de la niñez y la adolescencia, su crecimiento futbolístico llevó a que el entonces técnico de Juventud Unida, Andrés Donato Chazarreta, lo hiciera debutar en primera división. De esta manera pudo codearse con algunos consagrados de la época como Adolfo Quiroga, Pedro “Perico” Díaz (tío y hacedor del “Cata”), Jorge Rodríguez, Carlitos Chacur, Hugo Elisabetta, Carlos Reartes o los hermanos Saint Claire.
Desde el arranque, aquel chiquilín brilló con luz propia para mostrar habilidad, panorama, picardía y hasta potencia en la llegada. Así nacía un verdadero ídolo de los fanáticos “divinos”.
El salto al profesionalismo
No iba a durar mucho la idolatría de los hinchas catamarqueños. En 1991 llega a Rosario Central, el “Gigante de Arroyito” y el recordado director técnico, Pedro Marcheta, después de unas cuentas prácticas, lo hace debutar en primera a la par de formidables jugadores como el arquero Castellanos, el “Kili” González, Carbonari, “Vitamina” Sánchez, Cardetti, el “Negro” Palma o el “Chelo” Delgado.
(Otra formación centralista con Raúl Gordillo afianzado como titular indiscutido. Pueden verse en esta foto a notables futbolistas como “Vitamina” Sánchez, Carbonari, “Colorado” Lusenhoff, Molina, Scotto y Colusso.)
Tras sus primeros partidos, ante Gimnasia La Plata y Argentinos Juniors, Gordillo logra una regularidad extraordinaria y en 1998 inicia su periplo internacional.
Emprende el viaje a México y firma nada menos que un contrato con América, un verdadero emporio económico y futbolístico.
Dos años más tarde pasa al Necaxa, donde se consagra campeón de la temporada. En 1999 se incorpora al Atlante FC y culmina su campaña en tierra azteca vistiendo los colores del Veracruz, con el cual suma otro título en 2001.
(Con el “Negro” Palma (ex Rosario Central y River) formó parte del mediocampo “canalla”.)
En este último año, la calidad de su fútbol se traslada a Arabia Saudita, donde integra el equipo Al-Ahli, donde completa 35 partidos oficiales con gran suceso.
A esa altura del tiempo, ya maduro, decide regresar al fútbol argentino, donde juega sucesivamente en Banfield, Colón de Santa Fe, Arsenal, Tiro Federal y Belgrano de Córdoba.
Luego recala en Huracán, con el que logra campeonar en 2006-2007, lo que representó el regreso a primera división del “Globito”.
En los años anteriores había hecho lo mismo, ascender a primera, con Belgrano de Córdoba (2004-2005) y Tiro Federal de Rosario (2005-2006).
(Con el Necaxa, club donde actualmente ataja Barovero, fue campeón en 1998.)
Todo un récord: tres ascensos, en AFA, en tres años consecutivos. Y lo notable fue que en las conquistas con Tiro Federal y Huracán marcó nada menos que el gol del ascenso.
La despedida en Catamarca
Más de 15 años jugando en el fútbol profesional y derrochando calidad a manos llenas, convierten a Gordillo en un trotamundos del fútbol. Pero su corazón siempre estuvo en Catamarca.
Por ello en el año 2010 aceptó el partido de despedida en el estadio “Malvinas Argentinas” de la Liga Catamarqueña.
Estuvo acompañado por el “Kili” González, Carbonari, “Luifa” Artime y varios consagrados más. La organización correspondió a su amigo de la vida, “Chicho” Ortega, pero también participaron otros amigos y compañeros del viejo “Juve”.
(Con el “Bichi” Fuertes jugó en Colón de Santa Fe, otro de los equipos donde Gordillo tuvo un gran rendimiento.)
Una multitud le tributó aquella noche el último homenaje y toda la recaudación fue para la fundación Soles, dedicada a preservar las enfermedades cancerígenas.
Durante la nota con Raúl, me pidió especialmente que destacara al club Juventud Unida por los amigos que cosechó y trasmitiera un gran reconocimiento a todos sus compañeros, de quienes solamente recibió muestras de cariño y sanos consejos. También tuvo un recuerdo para la hinchada y para dirigentes como “Huaycamero” Vergara y Pecos Maza.
(Con la casaca de uno de los clubes más poderosos del mundo: el América de México. Como puede apreciarse, fue compañero de famosos como Cuauhtémoc Blanco, Luis García u Oman Biyik, aquel camerunés que amargó a Argentina en el debut del Mundial de Italia.)
Por cierto, no olvidó a sus seres queridos. A sus progenitores (su papá, “Sordillo” Gordillo, fue un gran jugador de Chacarita y Vélez), a su esposa Marisa, a sus hijos Camila, Lucía y Lucas, quienes lo apoyaron en todo momento en los distintos desafíos que le ofreció la vida.
Sí. Raúl Gordillo, con sobrados méritos, está en la galería de los grandes. Nadie lo puede discutir a este caballero del deporte y gran embajador de Catamarca.
(Raúl “El Rata” Gordillo, junto al autor de la nota de recordación.)
Ángel Orlando Arréguez
DNI 7.795.735