Rugby

Un año con sonrisas para Los Jaguares y de decepción profunda para Los Pumas

jueves, 26 de diciembre de 2019 00:30
jueves, 26 de diciembre de 2019 00:30

La temporada 2019 del rugby argentino, que entregó grandes emociones, no dio espacio para matices, a sabiendas de que se pasó de la risa, con la notable actuación de Los Jaguares y el subcampeonato en el Super Rugby, al llanto, provocado por la decepcionante tarea de Los Pumas en la Copa del Mundo de Japón, sin cuartos de final siquiera y con un noveno puesto en el clasificador.


No pasó inadvertido que la base del equipo que protagonizó esas desiguales tareas fue prácticamente la misma, salvo la incorporación de tres jugadores que se sumaron desde Europa como Juan Figallo, Nicolás Sánchez y Benjamín Urdapilleta.
El rugby argentino posee una franquicia en el Super Rugby y esa es la fuente en donde Los Pumas abrevan, situación que provoca que los jugadores deban competir casi sin descanso, un desgaste que se siente todos los años con el Rugby Championship. Y en esta temporada se vivió en el Mundial de Japón.


Los Jaguares, dirigidos por Gonzalo Quesada, fueron subcampeones del Super Rugby tras perder la final de visitante frente a Crusaders de Nueva Zelanda, por 19-3, con una campaña magnífica de 13 triunfos y 6 reveses.


La campaña de Jaguares no sólo se evalúa brillante por los resultados ante las poderosas franquicias del Hemisferio Sur, sino por la evolución en aspectos vitales del juego como el scrum, el line, la notable defensa y los tres cuartos desequilibrantes.
Ahora Quesada intentará mantener el alto nivel de la franquicia sin contar con Matera, Tomás Lavanini, Martín Landajo, Santiago García Botta, Ramiro Moyano, Enrique Pieretto y Santiago González Iglesias, quienes emigraron al rugby europeo, más Juan Manuel Leguizamón, quien actuará en la Major League Rugby de Estados Unidos.


La efervescencia que dejó en el ambiente lo realizado por Jaguares hizo que aquellos no cercanos al rugby creyeran que la franquicia transformada en Los Pumas, con los “europeos” y Mario Ledesma como entrenador, tendría un nivel similar ante las máximas potencias, a nivel seleccionados.


Pero no fue así y poco a poco se fue gestando la frustración de Japón, teniendo como primer aviso el Championship, en el cual se perdió por estrecho margen en el debut ante los All Blacks (con muchos suplentes) en la cancha de Vélez, y también hubo derrotas frente a Australia y con Sudáfrica, en dos oportunidades.


Los Pumas fue un equipo “quemado”, cansado y sin frescura, que perdió todos los atributos que llevaron a Jaguares, su indudable base, a la final del Super Rugby.


La diferencia entre franquicias y seleccionados se sintió como un mazazo, y quizás, como el mismo Ledesma lo admitió, debió darle descanso a las figuras en la gira por Oceanía y Sudáfrica, poco antes del Mundial en el tramo final del Championship.
Los Pumas se jugaron el torneo en el partido ante Francia y lo perdieron ajustadamente en Tokio por 23-21, con un pésimo primer tiempo, reaccionando en el segundo y sufriendo por la patada final desviada de Emiliano Boffelli, que pudo cambiar la historia


Tras la derrota se ganó ante Tonga pero no se pudo ante la superioridad de Inglaterra, potenciada por la tempranera expulsión de Tomas Lavanini, quedando fuera de los cuartos de final, pese a superar a Estados Unidos, en un claro fracaso.


Por último, se desarrolló el Mundial Sub-20 en Rosario y Los Pumitas fueron cuartos, mostrando figuras con futuro como Bautista Pedemonte, Gonzalo García, Joaquín de la Vega, Santiago Chocobares e Ignacio Mendy.


Jaguares XV, entrenado por Ignacio Fernández Lobbe, ganó invicto la segunda división de la Currie Cup sudafricana, y en circuito Seven de la World Rugby, mientras Los Pumas 7 culminaron novenos, sin vencer en ninguno de los 10 torneos.

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