Nazarena Romero

“El boxeo me cambió la vida”

La púgil nacida en Recreo, flamante campeona sudamericana, habló con El Esquiú.com de la dura infancia que vivió cerca de la droga, la violencia de que fue víctima y de cómo fue mamá aún siendo niña. Hoy disfruta de su presente.
lunes, 15 de abril de 2019 00:18
lunes, 15 de abril de 2019 00:18

Nazarena Romero, conocida en el ambiente del boxeo con el apodo “Capricho”, entró en la historia del boxeo de Catamarca al consagrarse como la primera boxeadora nacida en la tierra de la Virgen del Valle que gana un título internacional, al conquistar el pasado viernes 12 de abril el cetro Sudamericano de la categoría Gallo.

Pero atrás ya quedó la pelea ante la chaqueña Marianela Ramírez, combate que supo resolver con mucha solvencia y la vio como justa ganadora, pero lo que no queda atrás es la historia de su vida, tal vez la que muchos no conocen y la propia Nazarena se animó a contar, una historia de vida quizás igual que la de muchas mujeres, que desde niñas fueron desamparadas e hicieron de la calle su lugar, tuvieron que salir a buscar el mango para ayudar a la familia a parar la olla de esa humilde casa de la ciudad de Recreo, en el departamento La Paz, donde pasó su infancia. 

Su infancia fue signada por las necesidades, que la llevaron a acostumbrarse a vivir con lo justo, aunque muchas veces ni siquiera para eso alcanzaba. Pedía a Dios que la salve de una vida cruel y artera y le ofreciera un mejor porvenir.

Andar en la calle la alejó de la escuela y la acercó a cosas malas: en su camino se cruzó con los vicios y la maldita droga y las malas influencias.

Siendo aún una niña, Nazarena fue mamá y a partir de ahí una nueva vida comenzó. Con el tiempo y ante las escasas oportunidades que le ofrecía su ciudad natal, decidió marchar a Córdoba en busca de otras expectativas, y fue en La Docta donde empezó a incursionar en el mundo del boxeo, un deporte que casi ni conocía. Así, no duda en afirmar que el boxeo le cambió la vida y hoy tiene otra mirada acerca de las cosas. El deporte la sacó de la calle y la convirtió en una deportista que aspira a triunfar y ni un día deja de soñar con ser campeona del mundo.

“Tengo que aprender mucho, porque si no me voy a quedar acá, y todavía no tengo mucha experiencia en el boxeo”, afirmó Nazarena. “Hace tres años pisé por primera vez un gimnasio de boxeo, no sabía lo que era este deporte”.

Romero recuerda a Oscar Fioretti: “Fue él el que me llevó al gimnasio y ahí me enseñaron muchas cosas. El boxeo me salvó la vida. Yo vivía drogada en la calle, esa es mi verdad, tengo puñaladas en el cuerpo, casi me mató el papá de mi hija”, se sinceró Nazarena recordando su pasado, pero también resalta orgullosa su presente: “Hoy no me creo la mejor mamá del mundo, pero le estoy dando una mejor vida a mi hija. Cuando tenía 9 años ya iba a los bailes, iba a todos lados, salía y hacía un montón de cosas, me escapaba de mi casa y hoy mi hija tiene 9 años y es una señorita, no sabe lo que es la calle, es estudiosa, le gusta la escuela; yo la miro y digo que yo era todo lo contrario, a los 9 años ya fumaba”.

“Yo no tengo escuela porque hice hasta sexto grado, pero hoy tengo educación, ya no soy más una negra de mierda”, señaló en el espontáneo diálogo que mantuvo con El Esquiú.com, al final de la pelea del último viernes. 
Entrenamiento y disciplina

Manuel Albarracín es el entrenador de Nazarena, una persona que fue y es fundamental en su vida. “Mi entrenador es muy duro, muy recto, no puedo hacer las cosas mal porque me corre del gimnasio. Él me enseñó la disciplina, que me tengo que cuidar, alimentar bien, ir a dormir temprano, que no puedo andar robando, no puedo robar la luz, tengo que pagar el alquiler y los impuestos y eso me fue haciendo crecer como persona, como mujer”, afirmó la boxeadora destacando a Manuel, que también entrena a su novio en el gimnasio de barrio Yofre de la capital cordobesa.

“Me levanto todos los días a las 6.00 de la mañana para ir a entrenar, y si falto un día me corren del gimnasio”, repetió Nazarena, que no tan sólo pelea arriba del cuadrilátero, sino que también lucha por la igualdad de género en el boxeo, para que las mujeres tengan las mismas oportunidades, ayuda y paga que los hombres. “A las mujeres nos pagan ‘chauchas’, apenas nos alcanza para pagar un alquiler y la luz. Ojalá que algún día también podamos ganar las bolsas que les pagan a los hombres”, señaló “Capricho”, que no claudica en su lucha.

Nazarena Romero, hoy con 24 años, se dio el gusto de ser campeona Sudamericana y va por más. A pesar de que está radicada en Córdoba, se ganó el cariño de la gente de Catamarca, que el viernes le demostró su apoyo en el Polideportivo Capital. Como alguien dijo esa noche, “esa chica se metió a la gente en el bolsillo”.

“Naza” salió del vestuario y fue rumbo al ring acompañada por el tema “Chico de la calle”, del siempre recordado Walter Olmos, una canción que le recuerda su infancia, esa que no se olvida y que se animó a contar.
 

62%
Satisfacción
32%
Esperanza
0%
Bronca
1%
Tristeza
1%
Incertidumbre
1%
Indiferencia

Comentarios

15/4/2019 | 10:14
#149006
Excelente la pelea, se vió tu entrega. Un modelo para las jovenes catamarqueñas. Lástima que la pelea de Joya Barrionuevo, no haya sido igual. El box no se mancha joyita....perder con dignidad es mejor que ganar pagando

Otras Noticias