La viveza criolla, picardía, o sentimiento de impunidad por parte del entrenador de Güemes Pablo Martel se vio reflejada en el encuentro de ayer.

Martel fue expulsado el miércoles ante Vélez de San Ramón, por lo que tenía impedido salir al campo de juego.
El DT hizo caso omiso a las reglamentaciones, específicamente al Capítulo XIX: se puso un turbante en el rostro imitando a un piquetero y se sentó junto a los suplentes, violando el reglamento.

Este caso no es un dato menor, ya que el Tribunal de Penas está facultado para actuar de oficio y aplicarle una suspensión mayor, tal como ocurrió con Marcelo Gallardo en Copa Libertadores, o incluso darle por perdido el encuentro a su equipo, actuando de forma ejemplificadora, ya que está contemplado en el reglamento, como se lo utilizó en el fútbol uruguayo.

Un acto de picardía puede costarle caro al entrenador y tirar todo lo conseguido hasta el momento.n