Deporte y Nostalgia

Carlos Eduardo Rodríguez, con Olimpia en el corazón

martes, 14 de mayo de 2019 01:22

Hay un tramo de la rica historia del Club Atlético Olimpia (CAO) que en la actualidad muchos de sus seguidores han olvidado, en especial aquellos que estuvieron cerca de la entidad de la calle Mota Botello al 200 de nuestra ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, allá por la década del setenta del siglo pasado. En algunas oportunidades supe hacerme eco de la difícil situación institucional de los “borravinos”, a través de comentarios vertidos en las páginas del diario La Unión. Fotografías que hablaban de un estado de abandono de sus instalaciones y de la escasa actividad deportiva que se desarrollaba en su vieja cancha de mosaicos, donde un día también tuve la oportunidad de jugar algunos “picados” con la muchachada del barrio, en horas de la siesta, junto a mi desaparecido hermano mayor y colega del periodismo deportivo, Nicolás Ángel Romero, quien fue el “culpable” de que me convirtiera en hincha de aquellas “máquinas” basquetbolísticas que hicieron historia en nuestro medio.

FORMACIÓN HISTÓRICA. Este es uno de los viejos equipos del Atlético Olimpia, que actuara en pagos tucumanos, según lo apuntado por Carlos Eduardo Rodríguez. El segundo de la izquierda, parados, es Miguel Carrizo (“Chiquito”), el quinto Eloy Galarza (masajista), el sexto Constancio Rodríguez, mientras que hincados el primero de la izquierda es José Victoriano Robledo (“Cholo”), el segundo Silverio Tomás Noriega (“Pantera”) y el cuarto Francisco Carrizo (“Paco”), quien luego sería el DT de la “máquina”.

Había que cambiar ese deprimente estado de situación provocado por la ausencia de gente dispuesta a trabajar por el bienestar de esta importante entidad, nacida el 21 de septiembre de 1936, merced al empuje y las ganas de hacer de un nutrido grupo de amantes del baloncesto, con Julio Simón Herrera (“Negro”) a la cabeza, y entre los cuales se encontraba Onofre Rodríguez, tío de quien hoy es el protagonista de una de las notas quincenales que el ciclo Deporte y Nostalgia de diario El Esquiú, Carlos Eduardo Rodríguez, uno de los principales colaboradores del entonces presidente del club, Ramón Elizondo. Quiénes fueron estos señores, se preguntarán seguramente los amantes del baloncesto. Eran los integrantes de la ya desaparecida subcomisión de bochas del Atlético Olimpia, especialidad que supo sumarse al club al conjuro del recordado Omar Horacio Leloutre, quien además de presidir la institución fue titular por largo tiempo de la Federación de Básquetbol de Catamarca y jugador de bochas. Identificado con el CAO, Leloutre se erigió, sin ningún lugar a dudas, en un verdadero ícono dirigencial de este deporte y, hasta el día de hoy, su figura es recordada y valorada por todos, incluidos aquellos que no supieron compartir su modo o forma de actuar.

OTRA PLACA DEL “BORRAVINO”. En esta formación aparecen parados, de izquierda a derecha, Gualberto Robledo, Constancio Rodríguez, Juan Manuel Vega (quinto), en tanto que abajo están Juan Carlos Sánchez (“Puyuyo”), Reimundo Lobo (“Quililo”) y José Victoriano Robledo.

Carlos Eduardo Rodríguez señaló la importancia del trabajo que materializó Ramón Elizondo, trasuntado en la normalización del estado institucional, administrativo y deportivo de Olimpia, “ya que  no sólo se afrontaron las diversas deudas y compromisos pendientes que había en ese momento, sino que incluso se buscó el aporte de entrenadores de nuestro medio para que se reactivaran los entrenamientos y prácticas del básquetbol, a través del profesor Eduardo Moya (masculino) y de Jorge Almendra (femenino). Es decir que nos ocupamos de dejar en movimiento a nuestro querido club, hasta la aparición de la nueva camada de dirigentes, quienes concretaron un excelente cometido, tal cual lo testimonian las obras realizadas en la sede social y campo de deportes. Francisco Di Doi, Santiago Galarza, Juan Negui, Jorge Avellaneda, entre otros, lograron hacer realidad el techado del estadio, tribunas, vestuarios, sanitarios y colocación del piso flotante, además del bautizo del mismo con el nombre de Juan Carlos Sánchez (“Puyuyo”), uno de los históricos cracks, décadas atrás, junto a José Victoriano Robledo (“Toro”  o “Cholo”), Emilio César Nieva (“Milo”), Reimundo Lobo (Quililo”), Juan Manuel Vega, Miguel Angel Tula (“Cotito”), Alejandro Lencina (“Palito”) y Lorenzo Toledo. Como lo dijiste en tus comentarios, Leo, ellos lo ganaron todo. Eran realmente imparables, apelando a la calidad, habilidad, poder de inventiva, velocidad y goleo de sus principales figuras. Nunca vamos a olvidarlos”, monologó el exdirectivo del CAO.

 

En este sentido, recordó aquellos años donde la familia de la casaca color bordó supo aportar generosamente su cuota societaria y ayudar al desarrollo de este hermoso deporte que es el básquetbol. “Sólo había una pequeña tribuna en el sector Este del estadio, construida con un poco de ladrillos y tablones haciendo las veces de asientos. En el lado opuesto, los hinchas se ocupaban de traer sillas de sus domicilios particulares para sentarse, sin olvidar que los cajones de bebidas también eran utilizados para presenciar los partidos por los certámenes de la Federación Catamarqueña de la especialidad. No voy a referirme a los grandes enfrentamientos con los demás clubes federados, entre los que estaban Hindú BBC, Deportivo Juventud, Red Star BBC, Sportivo Villa Cubas y Atlético Montmartre, el decano a nivel provincial, porque  vos te encargaste con tu hermano Nicolás de contarle a la afición local todo lo acontecido en los torneos por las páginas de nuestro diario La Unión. Creo que con tus notas y entrevistas se puede escribir sin problemas la historia del Atlético Olimpia sin ningún lugar a dudas. Hace poco, en el diario El Esquiú, donde hoy vuelcas tus conocimientos y experiencias en materia de deporte, gozamos del lindo reportaje que le hiciste a Lorenzo Toledo, el único sobreviviente de una de las famosas “máquinas” de nuestro querido club”, expresa Rodríguez con indisimulada emoción.

EL ESTADIO, ORGULLO DE TODOS. Una panorámica del actual estadio del Club Atlético Olimpia, un verdadero orgullo de todos los seguidores del mismo. Hoy se realizan diversas actividades, entre ellas los entrenamientos de los planteles de inferiores y del grupo superior.

Tras manifestar que en la actualidad no concurre al estadio borravino, pese a que vive a media cuadra del mismo (Junín al 800, frente mismo a la casa de Juan Vildoza, un exjugador de la entidad), ya que entiende que los públicos se van renovando, Carlos Eduardo Rodríguez se ocupó de ponderar los esfuerzos y capacidades de los hombres que supieron asumir la difícil tarea de conducir o preservar los destinos del CAO, “entre ellos Edilberto Amayo, José Cervera, Armando Espeche, Raúl Miranda, Ricardo Arréguez, Ricardo Nieto, Gervasio Agüero, Juan Bautista Sánchez (padre de los hermanos Juan Carlos, José “Pepe” y Omar “Enano” Sánchez), Miguel Ángel Carrizo, Eloy Galarza (padre de los hermanos Eloy y Santiago Galarza), Pedro Salim, Pedro Coll, Duilio Brunello, Justo Mauvecín, Carlos y Onofre Rodríguez, Víctor Manuel Monti Infante, Víctor Ávalos, Constancio Rodríguez, David Mazur, Omar Horacio Leloutre, Francisco Carrizo, Adrián Gordillo y Carlos Negri. Todos ellos dejaron su impronta en el rico historial de Olimpia”.

Escribe: Leo Romero

 

Ficha Personal

Nombres y apellido: Carlos Eduardo Rodríguez.

Fecha de nacimiento: 12 de junio de 1943.

Lugar: San Fernando del Valle de Catamarca.

Edad: 75 años.

Padres: Carlos Leopoldo Rodríguez y Reyneira Isabel Britos.

Estado civil: Viudo.

Hijos: Estela, Carlos, Norita, Natalia, Raúl y Lorena.

Nietos: Ariel, Lucas, Lula, Anita, Fabricio, Lucía, Celina, Álvaro, Benjamín y Martín.

Hincha en el fútbol: River Plate a nivel nacional y Atlético Sarmiento en el plano provincial.

Basquetbolistas locales destacados: José Victoriano Robledo, Miguel Ángel Tula, Juan Carlos Sánchez, Emilio Nieva y Reimundo Lobo.

Hobby: Trabajar con las plantas, algo que me encanta.

Comida preferida: Todos los platos regionales, es decir las comidas caseras.

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Comentarios

19/5/2019 | 09:54
#149006
Hermosa nota y gratificante reconocimiento a este SEÑOR que fue como un papa para todas las chicas que jugamos al basketball en Olimipia durante nuestra juventud. Don Rodriguez como le deciamos cariñosa y respetuosamente todas las chicas del plantel femenino de basket. Un ser humano excepcional, con la calma que lo caracteriza, siempre una palabra de aliento, y transmitiendo tranquilidad y esperanza.

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