Escribe: Leo Romero

El día 13 de marzo del año 1970, finalizaba en nuestra ciudad el 37º Campeonato Argentino de Básquetbol, desarrollado en tres escenarios locales: las canchas del Club Atlético Montmartre (CAM), del Red Star BBC y de la Federación de Básquetbol de la provincia de Catamarca, ubicada en la avenida Presidente Castillo, frente mismo al ex Mercado de Abasto Municipal. La primera y la última de estas canchas ya desaparecieron de la faz de la tierra, mientras que el rectángulo de los “estrellados” aún se yergue altivamente en su sede social de la calle Sarmiento, entre Almagro y Perú. Montmartre, cuya estructura se amplió con tribunas tubulares, para albergar a la gran multitud de aficionados que asistieron al magno evento deportivo, se instalaba, como se sabe, en la intersección de avenida Colón y Obispo Esquiú, muy pegada a la avenida Virgen del Valle (en ese entonces, avenida Urquiza) y al Paseo General Navarro (La Alameda). Se inició el día 6 del citado mes y año, y a la postre resultó el segundo y último torneo nacional de selecciones que se jugó en Catamarca, con la asistencia de un total de veinte conjuntos provinciales. El primero de ellos se había desarrollado en 1944, en la misma sede de los históricos “cuervos”, decanos de la especialidad en la provincia.

La expectativa creada en torno a este torneo fue enorme, habida cuenta del esfuerzo humano y la inversión monetaria que demandó este verdadero desafío para la dirigencia que lideraba en esa época Luis Cayetano Romero, colaborado desde muy cerca por hombres de la talla de Florentino Palacios, Victoriano Bollada, Gustavo Tello, Carlos Martínez Ahumada y Ernesto Acuña. A ello, se agregó la contratación del legendario entrenador Jorge Hugo Canavessi, quien dos décadas atrás dirigió al seleccionado argentino que se consagró campeón mundial en la Capital Federal (hoy, Ciudad Autónoma de Buenos Aires), para que se encargue de conformar el seleccionado catamarqueño y, de paso, asesorar sobre otros importantes aspectos organizativos. Canavessi no sólo se ocupó de mover los hilos dentro del plantel dueño de casa, sino que además hizo verdadera escuela en la materia, volcando sus conocimientos y sus experiencias en varios jugadores que integraban el elenco local, entre ellos Luis Mario Aragón (“Kokin”), a quien designó capitán del mismo.

Junto a Aragón, alistaron en nuestra selección Julio César Rodríguez (“Julito”), de brillante actuación en la competencia, donde se llevó el justiciero galardón de goleador indiscutido en esa edición 1970, Oscar César Quinteros (“Flaco”), Jorge Aníbal Acuña (“Buby”), José Ignacio Barrionuevo (uno de los mellizos del Hindú BBC), Víctor Enrique Quiroga (“Vitorica”), Carlos Nieva (el “Flaco” que defendió los colores de Red Star BBC), Ramón Fernando Sotomayor (“Sotiyo”), Eduardo Villarroel (oficial del Ejército Argentino), Federico Esteban Hausberger, León Rafael Aibar (“Lungo”) y Marino Rojo (“Negro”). De todos ellos, ya se marcharon de este mundo de los vivos Rojo y Quiroga, en tanto que de Villarroel no se conoce con precisión qué es de la vida de él, puesto que fue trasladado posteriormente a otro destino castrense. Empero, reapareció cuando se le tributó homenaje en vida a Canavesi, en el quincho de la familia Aragón.  Sobre los elegidos por Canavessi, recuerdo que a último momento quedaron fuera de la lista Luis Beltrán Barrionuevo (el otro mellizo de los “sagrados” del Pasaje Larrouy) y Luis Tomás Noriega (el “Pantera” chico del Sportivo Villa Cubas). Al viejo zorro del baloncesto nacional le costó bastante, según confesó al periodismo local, seleccionar a los doce jugadores que acometerían la lucha, ya que en las instancias previas quedaron descartados varios valores de real valía. La concentración del seleccionado se efectuó en la villa veraniega de Las Pirquitas (Fray Mamerto Esquiú), apelando Canavessi a la colaboración (léase cuerpo técnico) de Gandolfi Ortega (el DT de Atlético Olimpia fue su ayudante de campo) y del profesor Oscar Quiroga (preparador físico).

Retornando a los aspectos más salientes de esta convocatoria deportiva, es digno destacar que Plácido Vicente Stassuzzi, uno de los más grandes basquetbolistas que entregara Catamarca al país, a lo largo de todo su historial, fue el encargado de encender la lámpara votiva en la ceremonia inaugural. La antorcha fue traída desde la casa natal de Fray Mamerto Esquiú (San José, departamento Fray M. Esquiú) por una posta atlética que integraron los pedestristas locales Antonio Tula (Sociedad Española), Manuel Arroyo (Sarmiento), Miguel Lucero (Sociedad Española), Nicolás López (Deportivo Nilo), Juan Garay (Club Amigos del Hogar Escuela), Juan Federico Camaño (Sarmiento), Ricardo González (Club de Paracaidistas), Tomás Gabriel Tula (Sarmiento), Walter Vicentela (Unión) y Félix Ramos (atleta de Sarmiento, campeón de la temporada 1969). Catamarca fue incluida por sorteo en la zona “B” junto con Mendoza, Entre Ríos, Tucumán y Salta, en tanto que las restantes se conformaron con Capital Federal, Santa Fe, Formosa, La Rioja, Santa Cruz (zona “A”), Santiago del Estero, Corrientes, Jujuy, Chubut, Río Negro (zona “C”), Buenos Aires, Córdoba, Chaco, San Juan y Misiones (zona “D”). Pese a su buen desempeño, nuestro quinteto no logró clasificar para la ronda decisiva, ocupando la decimotercera posición, sobre un total de veinte participantes. Además, como lo apunté precedentemente, Julio César Rodríguez se consagró como goleador absoluto del certamen y en la mejor figura del seleccionado local. Provincia de Buenos Aires, al batir en la final a Capital Federal, se alzó con el título de campeón. Un hecho deportivo inolvidable, acontecido hace exactamente cinco décadas.