El presidente del Club Defensores de Esquiú, de Piedra Blanca, departamento Fray Mamerto Esquiú, dio detalle a través de una carta sobre la situación de la institución deportiva.

“Nuestro Señor Dios, por la intercesión de Fray Mamerto Esquiú, proteja a nuestro pueblo, Argentina, y en especial a Catamarca, de esta pandemia que azota a la humanidad.

Desde que el Estado Nacional dictara el aislamiento social obligatorio y nuestra provincia, como corresponde, acató tal medida, como buenos argentinos cumplimos a rajatabla esa disposición,  cerramos todas las instalaciones y dimos por finalizadas temporalmente todas las actividades tanto deportivas como sociales que nuestra institución desarrolla durante el año calendario. Conscientes de que la emergencia sanitaria duraría más de lo previsto, tomamos algunos recaudos que nos posibilitaran sobrellevar de alguna manera un tiempo estimado. Pero claro, como lo dijo el señor Presidente no tenemos una fecha cierta de hasta cuándo sufriremos esta agonía y realmente se nos hizo bastante prolongado y no sabemos qué tiempo habrá que esperar. Mientras tanto, la preocupación crece y las cuentas llegan y llegan. A esto hay que sumarle lo que dijo la señora Secretaria de Deportes de la Nación, que se recurrirá en ayuda de los clubes que tengan más de 100 empleados. Defensores de Esquiú es como la mayoría de los clubes de la Argentina y/o de Catamarca, un club de barrio, un club que nació con la firme convicción de fomentar el deporte, la actividad social y ser contención para cientos de jóvenes, niños y adultos que se integraran a su seno. En la actualidad y por la pandemia que nos castiga, más de 800 almas se quedaron en sus casas, pero a nosotros nos llegan las boletas de luz, agua, los compromisos contractuales, etc., etc.; y lo más triste de esta situación es que son muy pocas las voces que se dejaron oír, y más doloroso es aun que esas voces no se replicaron ni en los interesados, tampoco en quienes pueden dar alguna repuesta que venga en ayuda a los clubes que diariamente contienen y hacen las veces de organismos oficiales con los miles y miles de argentinos y/o catamarqueños, en este caso. La presente reflexión no es un grito desesperado, no es una exigencia, no es algo que se pueda parecer a un reproche, solamente quiere ser un ‘nosotros también existimos, también tenemos nuestras necesidades, también necesitamos ayuda y siempre estamos presentes’”.

Nicolás Humberto Ontivero