Ya atravesó la barrera de los setenta, al igual que el autor de esta entrevista periodística, pero cuando se acomoda para hablar de automovilismo deportivo, fluyen como un mar bravío sus recuerdos y anécdotas que le permitieron incursionar en este deporte motor, pese a que le costó bastante esfuerzo físico y económico poner un “bólido” en el punto de largada. Estamos hablando de Francisco del Valle Bonisone, el morocho piloto catamarqueño que se ganó el respeto y consideración de los aficionados, no sólo de su provincia natal sino también de otros centros deportivos de esta parte del país.

“El Negro Bonisoni”, como lo identifican los amantes de los “fierros”, reemplazando la “e” final de su apellido por una “i”, tal cual sucedió, por ejemplo con el famoso arquero de fútbol de Boca Juniors de Buenos Aires, Américo Tesoriere, cuyo nombre exhiben varios clubes del interior de la República Argentina, por ejemplo nuestro Club Atlético Américo Tesorieri. Cuestión fonética, ya que en todos los casos son de origen italiano. En el caso de nuestro entrevistado de hoy, su padre se llamaba Bartolomé Juan Mario Bonisone.

 La aparición de Bonisone en el automovilismo se produce a partir de su vinculación laboral con el Ing. Juan José Varela (“Chicho”), quien como todos recordarán era el propietario de la línea de transporte Esquiú, que tenía sus oficinas y talleres en calle Ayacucho casi esquina República de nuestra ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, y unía la ciudad Capital con el departamento Fray Mamerto Esquiú. “A raíz de mis tareas específicas, metiendo mano a los motores de los ómnibus, nació con toda naturalidad mi amor por el automovilismo, más allá de que siempre me atraía conducir cualquier tipo de vehículos. Como ustedes los periodistas conocen a la perfección, para armar un auto de  carrera se debe contar con un muy buen respaldo económico. Es decir que aquellos que tenían plata estaban en mejores condiciones de dar rienda suelta a su pasión deportiva. Lógicamente, no era mi caso en particular, ya que debí echar mano a mis escasos recursos y contar con la ayuda de gente amiga para poder armar mi Renault Gordini y así meterme a dar batalla en la categoría “A” del Turismo Nacional, donde los Fiat 600 dominaban en muchos casos la situación”.

Desde la década del setenta del siglo pasado y por espacio de muchos años, nuestro piloto se encargó de levantar bien en alto los prestigios de Renault, llevando con solvencia y calidad a su Gordini por diferentes pistas y rutas de nuestra provincia y escenarios del NOA. Recuerdo sus buenas performances en uno de los circuitos o pistas callejeras, como el ex”Kiko Pérez Navarro”de Villa Parque Chacabuco, ya que como todos conocemos, aún no contamos con un autódromo con todas las de la ley y sólo tuvimos que conformarnos con ver en acción a propios y visitantes en el trazado de Payahuaico, en lares chacareros. Francisco del Valle Bonisone llevó a la victoria a su rendidor Gordini no sólo en Catamarca sino también en otras provincias, caso La Rioja, por ejemplo.

Hay que señalar que Bonisone  no sólo se atrevió a exhibir sus dotes conductivas en las improvisadas pistas, sino que alentado por sus colegas catamarqueños, se introdujo en el mundo del rally no sólo en el grupo “A”, con su Gordini, sino también conduciendo un Fiat 128 en compañía de Carlos García, un estimado amigo de quien guarda bellos recuerdos. Su estadía en la provincia de Córdoba, por cuestiones de trabajo, le permitió ver en acción a los más calificados exponentes nacionales e internacionales de la especialidad, casos Ernesto Soto, Gabriel Raies, Jorge Recalde, entre otros. “Creo que ver a esos monstruos de la categoría, me inspiró, en cierta manera, a probar suerte en las competencias de rally, contando con el aporte de Oscar Nadín, un excelente preparador de bólidos de carrera, que supo exhibir toda su calidad y sapiencia para sacar lo mejor de cada uno de los motores que llegaban a sus manos. Nunca me olvido de él, un tipazo que amaba todo lo que hacía y respondía con igual dedicación, sin interesar si el piloto era un fuera de serie o un entusiasta que procuraba abrirse camino dentro del mundillo de los “fierros”, expresa con énfasis nuestro visitante de Deporte y Nostalgia.

Escribe: Leo Romero

Ficha Personal

Nombre y apellido: Francisco del Valle Bonisone.

Fecha de nacimiento: 28 de marzo de 1947.

Lugar: San Fernando del Valle de Catamarca (en el viejo Hospital San Juan Bautista).

Edad: 73 años.

Padres: Bartolomé Juan Mario Bonisone e Inés del Valle Tapia Vergara.

Hermanos: Juan Mario y Ema Delia.

Esposa: María Cristina Vega.

Hijos: Máximo, Diego y Lucas.

Nieta: Mía Valentina.

Pilotos catamarqueños destacados: Luis Eduardo “Negro” Filippín, Amadeo “Dito” Marenco, José Luis Cortese y Jorge “Turco” Seleme.

Pilotos nacionales destacados: Jorge Recalde, Ernesto Soto, Gabriel Raies y Jorge Bescham.

CALIDAD Y CORAJE. Un primer plano de Francisco del Valle Bonisone, un excalificado piloto del automovilismo deportivo de Catamarca. Dio que hablar en el grupo menor del Turismo Nacional, a lo largo de dos décadas.

RENDIDOR Y GANADOR. Francisco Bonisone encabeza el lote puntero a bordo de su Renault Gordini en una de las muchas competencias que lo tuvieron como uno de sus principales protagonistas.

POR LA CUESTA DEL PORTEZUELO. En la gráfica, el Gordini del “Negro” Francisco Bonisone toma una curva a gran velocidad en la Cuesta del Portezuelo, durante un rally interprovincial o zonal.

CON EL FIAT 128. Los festejos tras el triunfo con el Fiat 128, tripulado por la dupla Francisco Bonisone (piloto) y Carlos García (acompañante). Un hermoso recuerdo de nuestro entrevistado de hoy.