La Champions histórica por la pandemia del coronavirus y los resultados que se vienen dando, volvió a sorprender.

En este caso la sorpresa la dio el Olympique de Lyon, quien volvió a dar un batacazo y repitió lo que en octavos había hecho con Juventus, al eliminar en cuartos de final al Manchester City de Pep Guardiola. 

El primer tiempo se jugó tal como quiso el equipo francés. Neutralizaron cada ataque del City con una defensa bien ancha y con un bloque programado para salir de contra ante cada posibilidad. Así se pusieron en ventaja y llegaron a la última parte del segundo tiempo sin pasar sobresaltos. Claramente, cuando enfrente hay un equipo lleno de figuras el peso específico de ellas termina por inclinar la cancha. Sucedió, pero la suerte también juega.

Cuando De Bruyne hizo un golazo, tras gran jugada de Sterling, pintaba para que la historia se diera vuelta. ¿Qué pasó? El City se fue al ataque, subió su línea defensiva y Moussa Dembélé corrió 30 metros para irse mano a mano con Ederson. 2-1 polémico, porque pudo haber infracción y offside pero el VAR convalidó el gol. ¿Y la suerte qué papel juega? Sterling se perdió el gol de la Champions, un blooper increíble abajo del arco, y de contra lo liquido el propio Dembélé.

Ganó el más inteligente y al que le salieron casi todas. En formato de Mundial, se sabe, todo puede suceder. Ahora, las semifinales los tendrán cara a cara con el Bayern Munich.