Boxeo

Un repaso por la vida de “Yuyo” Arréguez

Las palabras del campeón: “Cuando peleaba, esquivaba mucho, por eso en la actualidad estoy lúcido”.
sábado, 19 de septiembre de 2020 00:59
sábado, 19 de septiembre de 2020 00:59

El excampeón argentino Supergallo Sergio Oscar “Yuyo” Arréguez (12-3-2, 3 KO) fue otro de los púgiles locales que dejaron su huella en la época dorada del boxeo catamarqueño en los años 80.


Alejado de la actividad, pero nunca olvidándose de su época como boxeador, habló de todo con Botineros Diario.


Habló de sus inicios: “Un día me encontré con un riojano que vivía en Catamarca, lo ayudé a descargar una damajuana de vino. El me llevó hasta la Unión Obrera y ahí me fui al fondo del lugar y en la cancha de básquet había una bolsa colgada. Ahí estaba entrenando ‘Cachín’ Díaz, le pregunté si podía guantear con uno de los chicos que estaban y me dijo que no. Después de tanto insistir, me dejó”.


Siguió: “Me puse a guantear con un chico ahí y Díaz me dijo que vaya a entrenar y el señor al que yo le ayudaba me regaló un pantalón negro, un equipo naranjado y comencé a entrenar. Yo tenía casi 17 años, hasta ahí no había tenido conocimiento de boxeo, solo una vez cuando era chico me puse los guantes para pelear con un amigo, pero no tenía nada de técnica”.


Cuando fue campeón Argentino en el año 1988: “No me acuerdo bien el año en que salí campeón. Yo tuve que cumplir los 30 años para hacerme profesional por eso tuve muchas peleas como amateur. Hice cerca de 100 combates como amateur y llegué a ser campeón argentino siendo invicto. Después combatí por el título Sudamericano”.


El recuerdo de cuando se combatía entre barrios: “Yo peleé mucho en la Unión Obrera, después representé a la provincia en un campeonato argentino en La Pampa. También en otro campeonato en Mendoza, ahí no me quedo porque mi señora iba a tener familia que es mi hija Mónica. Ahí en Mendoza me quería hacer quedar don ‘Paco’ Bermúdez pero me vine nomas”.


Con emoción, recordó a su último entrenador, Roberto Mema: “El profe fue todo para mí. Fue lo más grande, para mí no hubo otro como Mema, sin desmerecer a todos los otros. Su forma de pegar y no dejarse pegar, yo peleé en el Luna Park donde me decían que era el Nicolino Locche de Argentina porque esquivaba mucho y eso me enseñaba el profe. Por eso hasta en la actualidad estoy lúcido”.


Recordó al promotor Raúl Argerich: “Es uno de los mejores promotores que tuvo la provincia. No va a haber otro promotor como él. El decía ‘voy a suspender la velada’ cuando no había gente, pero nosotros le decíamos que queríamos combatir lo mismo, lo hacíamos y cuando terminaba el festival, él nos pagaba lo pactado pero sacando de su propio bolsillo”.


Su rol como entrenador: “Nunca se me dio por entrenar cuando dejé de boxear ni ahora. Yo siempre estaba acostumbrado a manejar plata y comencé a trabajar en la parte privada y seguí trabajando hasta ahora en el rubro panadería. A la mañana trabajo en la Provincia y a la tarde en la parte privada. Quizás me anime a entrenar cuando me jubile, porque me falta poco para hacerlo”.

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