Deporte y Nostalgia

Andrés “Chacho” Ayala: Con la “V” azul sobre el pecho

martes, 28 de septiembre de 2021 00:38
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Habiendo traspasado la barrera de las 8 décadas, vive rodeado de su familia en el barrio municipal, pegadito al sureño cementerio capitalino. Físicamente mantiene el físico con el que supo hacer delicias jugando el fútbol y su sonrisa de hombre bueno a flor de labios.

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Su historia en el más popular de los deportes la conocen quienes peinan canas y pocos son los jóvenes que lo reconocen como una de las figuras más rutilantes de finales de los años 60 y todo el trayecto de los 70.

Su historia, desde jovenzuelo, estuvo vinculada al club de sus amores: Vélez Sársfield. Y lo hizo en los tiempos gloriosos de la institución de Sarmiento y avenida Güemes. Vale la pena aclarar que su destino con la “V” azul fue producto de la casualidad, como el mismo nos relata.

“Llegué a Catamarca cuando tenía 4 años. Mi padre, que era ferroviario, fue trasladado a la provincia y nos instalamos en una pensión de calles Tucumán y Florida, casi a la par de la línea ferroviaria. Prácticamente todos los vecinos de esa zona de la ciudad tenían que ver con el ir y venir de los trenes”.

¿Por qué Vélez Sársfield?

“Antes que nada debo decir que en aquellos años de mi infancia jugar el fútbol era una pasión excluyente de los chicos. A diferencia de los tiempos actuales, darle a la redonda, aunque fuera con la pelota de trapo, era una atracción y de esa forma salieron notables jugadores, como Guillermo ‘Pucho’ Reynoso o su hermano Carlos, que probaron suerte y triunfaron en Buenos Aires. Pero, aparte, en la zona había varios equipos que disputábamos los campeonatos libres, famosos en mis épocas de juventud.  Estaban Racing, en el cual jugué, Vicario Central, 4 de Junio e Independiente, que fue el único que permaneció y permanece vivo. En cada uno de los aquellos partidos uno se jugaba el honor. De esta forma, a mí y a Reyes Moreno, nos vieron de Vélez, más precisamente ese gran dirigente y director técnico que fue Leopoldo ‘Palillo’ Moraga. Allí comenzó mi idilio con la institución, en la que iba a permanecer por largos años. Imaginen que debuté hacia 1958 y me despedí del fútbol cerca de 1970”.

¿Cómo fueron tus comienzos en la “V”?

“Antes de llegar a la primera división, cuestión que no era sencilla en aquellos tiempos por la cantidad de grandes jugadores que existían, pasé por las inferiores y en la cuarta logramos formar un gran equipo. Amén de ganar seguido y salir campeones, casi la gran mayoría de aquellos muchachos iban a saltar a primera produciendo un cambio generacional muy importante. Nos tocó reemplazar a lo que era ‘la máquina de Vélez’, encabezada por el “Tigre” Díaz. Creo, humildemente, que entonces nació otra máquina que salió campeona en los años 1959, 1960 y 1961. Quien nos quitó la seguidilla de títulos, en 1962, fue Policial, con quienes ya disputábamos el clásico mayor del fútbol local. Volviendo a aquella famosa cuarta división, entre otros, guardo mis mejores recuerdos para jugadores como ‘Chichi’ Miranda, Santos Carrizo, Reyes Moreno, ‘Palito” Guzmán o el ‘Negro” Oscar Segura”.

¿Cuál fue el mejor equipo que integraste?

“En mi época no había cambios. Solamente podía ser sustituido el arquero.  En ese sentido destaco un once inolvidable con el “Negro” Ríos –lo podían sustituir el “Chueco” Tapia o el “Gata” Martínez-; “Palito” Guzmán, Santos Carrizo, “Rupachico” Barrionuevo y el “Minuta” Barrionuevo; “Nino” Barrionuevo, Enrique Romero y yo por izquierda; Juan Carlos Corro, “Nano” Rizo y Reyes Moreno. Alternaban con frecuencia otros jugadores notables como el “Perro” Ovejero, el “salteño” Vallejo” y más adelante lo hicieron  valores surgidos del club como Jorge “Cachencho” González, Justo “Alo” Barros o Carlos “Amarillo” Acosta, por nombrar solo  algunos. También otros con mayor recorrido como “Coyoyo” Vega, Carlos Cazuza o Emilio Romero, que también militó en Villa Cubas”.

¿Y entre los técnicos a quienes más recuerdas?

“El ‘Maestro’ Díaz, Enrique Romero y especialmente Adolfo Sánchez, alguien que ponía orden y planificaba los partidos con una gran sabiduría”.

Así es “Chacho” Ayala. Simple, sencillo, un enamorado de los recuerdos y de su barrio, que lo vio nacer con un crack y lo respeta como un símbolo viviente de los viejos tiempos del fútbol de la nostalgia, tal como nos explica David Herrera, un exdelegado en la Liga Catamarqueña que nos acercó a Chacho.

Ni que hablar de lo que significa Ayala para Vélez Sársfield, cuya camiseta fue el único que atuendo que supo vestir, sobre lo que nos hace una aclaración: “una vez jugué un solo partido para San Lorenzo y no pude más. Respeto a esa institución, pero mi corazón estaba en otro lado. También disputé partidos como veterano, pero nada era igual que defender a Vélez”.

Redactor: Eduardo Molas.

Productor: Rafael Andrés Bruno.

ASÍ LO VI YO

Lo conocí durante mis primeros años como integrante de la sección deportes de La Unión, de la cual era su jefe. Pero, antes, siendo un purrete que se colgaba de las paredes de la Liga Catamarqueña para ver los partidos, pude observar a la mejor versión de “Chacho” Ayala, un exquisito del fútbol y verdadero pionero en practicar la “bicicleta”, una jugada con la cual dejaba desairado y casi en ridículo a su marcador, fuera éste el “Zuri” Gutiérrez, el “macetudo” Segundo Sigampa, “Pino” Reartes o el “Poroto” Cuello, a los que recuerda como grandes cancerberos  de la época.

Con no más de 63 ó 64 kilos, Ayala era lo que se conocía hace 69 ó 50 años un clásico insider izquierdo. Muy veloz, con un pique corto impresionante y dominio de los dos perfiles, se constituyó por largos años en un valor insustituible de un Vélez que no solo ganaba, sino que divertía. Desde la juventud era el socio preferido de Reyes Moreno o de “Nano” Rizo, una trilogía que se entendía prácticamente de memoria.

Su calidad futbolística se la podría parangonar con “Gonzalito” (Alberto Mario González), aquel wing-ventilador que tenía Boca y jugó en la selección argentina y que bien conocieron los catamarqueños por haber dirigido, en 1976, al Atlético Sarmiento de nuestra ciudad. Adelantando las hojas del almanaque, Ayala tenía algo de Félix Echevarría por el pique sorpresivo y el dominio de ambas piernas.

Como lo dijimos en este homenaje del recuerdo, “Chacho” jugó siempre en Vélez, pero tuvo ofertas de otros clubes, locales o de la entonces Liga del Sur de Tucumán, entre ellos Deportivo Aguilares, club donde brilló Ramón Naranjo, un chiquilín que lo admiraba y le vendía el diario La Unión cuando le tocaba aparecer en sus páginas deportivas.

Pese a varios ofrecimientos, Ayala siempre se negó a dejar su Vélez querido. Por ello, y por mucho más, se merece los mayores homenajes del club de sus sueños más queridos.

Ficha personal

Nombre completo: Andrés Pascual Ayala.

Apodo: Chacho.

Edad: 83 años.

Fecha de nacimiento: 17 de abril de 1938.

Lugar de Nacimiento: Mar Chiquita-Provincia de Córdoba.

Padres: José Andrés Ayala, oriundo de La Rioja. Y Rosario Natalia Palomeque, nacida en Deán Funes, Córdoba.

Hincha: de Vélez Sársfield, toda la mi vida.

A nivel nacional: Boca Juniors.

Los mejores jugadores que le tocó ver: Fernando “Nano”Rizo, el “Tucumano” Quevedo, “Ratón” Nieto, el “Coyoyo” Vega y “Cocoliche” Agüero, entre varios más.

Estado civil: Soltero.

Hijos del corazón: sus sobrinos y sobrinos nietos, con quienes vive.

Hermanos: cinco, todas mujeres. Eva, Hilda, Mecha, Camila y Olga.

Andres “Chacho” Ayala

Vélez Sársfield a principios de los años 60. Parados: Enrique Romero (técnico), “Palito” Guzmán, “Alo” Barros, Santos Carrizo, “Negro” Ríos, Miguel Espoto, “Cuchi” Barrionuevo, Donato Chanampa (kinesiólogo) y el “Negro” Córdoba (utilero). Hincados: “Gata” Martínez, “salteño” Vallejo, “Coyoyo” Vega, “Perro” Ovejero (médico odontólogo), Chacho Ayala y Reyes Moreno.

Hasta en el juego aéreo destacaba nuestro entrevistado (número 10). Aquí en un partido de Vélez en Comodoro Rivadavia (Chubut).

¡Qué jugadores¡ Vallejo, Ramón Vega, el doctor Ovejero, Andrés Ayala y Emilio Romero.

Los últimos pasos de Ayala en el fútbol. Entre los hincados veteranos, sonriendo, es el penúltimo. También figuran en este equipo de SPAC grandes valores como Armando Olivera, Carlos Fuembuena, Carlos Tapia, “Rupa” Barrionuevo, González, Aguilar, etc.

Ayala definiendo ante uno de los mejores arqueros del pasado: Lucho Toloza.

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