Después de un largo tiempo de haberse vista afectado en su desarrollo por la pandemia de coronavirus, el deporte de Catamarca en su conjunto pudo lograr que el Gobierno Provincial, a través de la autoridad correspondiente (COE), habilitara volver en primera instancia a los entrenamientos y luego a las competencias. La noticia fue recibida con bombos y platillos y muchos consideraron que fue una “batalla” ganada y de manera justa, ya que para entonces ya estaban funcionando muchas actividades y rubros en la provincia y el deporte seguía relegado.

La autorización para la vuelta de la práctica deportiva a mediados del pasado mes de julio, también incluía un riguroso protocolo sanitario a cumplir y respetar a rajatabla por todos los actores involucrados y se determinó que a través de la secretaría de Deportes se iban a realizar los controles pertinentes, tanto en los entrenamientos como en las competencias. Además, la secretaría de Deportes quedó a cargo de la recepción de los protocolos a presentar por parte de las asociaciones, federaciones, ligas o clubes y su correspondiente autorización.

Con la baja de los casos positivos en las últimas semanas en la provincia y la pertinente habilitación de casi todas las actividades con la libre circulación, en el ámbito deportivo al parecer en algunos casos se llegó a un relajamiento total en cuanto al control y el cumplimiento de protocolos sanitarios, a tal punto que en casos específicos hasta se llegó a tener cierta irresponsabilidad.
Y nos estamos refiriendo puntualmente a lo que pasó el último fin de semana en un partido oficial de rugby, en la cancha de Catamarca RC, donde el equipo local recibió a Los Hurones de Valle Viejo, por la primera fecha del torneo organizado por la Unión Andina de Rugby, donde no hubo control de absolutamente nada, con lo relacionado al cumplimiento de los protocolos.
No se tomó la temperatura al ingreso (no había punto de higiene), no se cumplió con el aforo permitido y se permitió el ingreso del público, cuando el mismo es restringido. En la cancha no se respetó el distanciamiento entre las personas asistentes y tampoco se controló que la gente tenga puesto el tapaboca, cosa que muchos al parecer olvidaron en la casa.

Pero el rugby no fue el único caso, aunque sí el más criticado. En las finales de las divisiones formativas del básquet el sábado en el Polideportivo Capital, también se autorizó el ingreso del público y en el evento ciclístico realizado en el circuito del sur de la ciudad también hubo mucha gente, cuando estaba anunciado que era sin la asistencia de público.

Ante la falta de controles por parte de las autoridades, la dirigencia parece hacer valer su propia ley, corriendo el riesgo de que se los inhabilite y, lo que sería peor, que por unos cuantos la sanción caiga para todo el deporte en general.

Contraste
Donde sí se cumplió con los protocolos fue en el inicio del torneo de la Liga Catamarqueña de Fútbol. El ingreso a las canchas fue solo para los que tenían que estar y con un control riguroso en algunos casos, como el viernes pasado, cuando a los jugadores de Américo Tesorieri no los dejaban ingresar al estadio Malvinas Argentinas porque la dirigencia no había presentado la lista con los nombres de las personas habilitadas para el ingreso. Recién a 15m. de iniciado el partido, los jugadores de Tesorieri (ya estaban cambiados) pudieron ingresar a la cancha, con el tiempo justo para hacer una entrada en calor y salir a jugar.

En el desarrollo del partido, los jugadores suplentes y los dirigentes habilitados se ubicaron en la tribuna, como dice el protocolo, y con el distanciamiento debido. Además, la prensa no solo se tuvo que acreditar hasta 24 horas antes, sino que también se le exigió la presentación de una Declaración Jurada.

Es decir que la Liga Catamarqueña de Fútbol, en su regreso a la actividad oficial luego de un año y ocho meses, cumplió con lo señalado por la correspondiente habilitación. Que la ley sea pareja, para no caer en la irresponsabilidad.