El sorprendente Marruecos, contra todos los pronósticos, ganó su grupo y avanzó hasta las semifinales de la Copa del Mundo, para completar así la mejor actuación de un equipo africano en la historia. Con una defensa casi impenetrable, mucha fuerza, entrega y algo de fútbol; fue la mayor revelación del certamen.

Cristiano Ronaldo no tuvo un buen mundial, e incluso terminó como suplente entre rumores de conflictos con sus compañeros. De todas maneras, con el penal que anotó ante Ghana en fase de grupos, el astro portugués alcanzó un record notable: es el único futbolista que logró marcar goles en cinco mundiales diferentes.

Por primera vez el mundial se realizó en un país árabe. Más allá de algunas particularidades como las restricciones para la venta de bebidas alcohólicas o algunas normativas consideradas estrictas, el desarrollo de la competencia deportiva fue normal y cumplió su objetivo de promocionar la región como atractivo turístico.

El fabuloso Estadio 794 de Doha albergó siete partidos, entre ellos Argentina-Polonia. Fue un estadio desmontable, hecho con 794 containers. Luego de la victoria de Brasil ante Corea del Sur se lo desarmó. Es el único estadio mundialista de la historia que “desapareció” cuando la competencia todavía estaba en marcha.

El VAR tuvo incidencia en varios resultados, sobre todo con el “off side” automático. Argentina fue perjudicada con tres goles anulados, pero también recibió penales que sin el VAR no le hubieran dado. La mayor polémica, el gol de Japón a España cuando la tecnología determinó que por 2 milímetros de la pelota estaba dentro.

Una insólita estadística deja el Mundial de Qatar: entre todos los penales ejecutados en definiciones desde los 12 pasos, fueron más los remates errados que los convertidos. Lo lamentaron especialmente España, Japón, Brasil y Holanda, cuyas fallas les costaron la eliminación y el regreso a casa antes de lo deseado.