Manchester City se consagró campeón de la Premier League en lo que fue una de las definiciones de liga más emocionantes de los últimos tiempos. Los dirigidos por Pep Guardiola llegaron a estar perdiendo por dos goles ante el Aston Villa de Steven Gerrard, pero en una ráfaga de cinco minutos consiguió los tres goles que necesitaba para asegurarse el título.

Matty Cash y Philippe Coutinho amargaban a los Citizens y le daban una mano gigante al Liverpool. Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos Manchester City se puso 3-2 gracias a los goles de Ilkay Gündogan (76’ y 81’) y Rodri (78’).

Manchester City aprendió a sufrir. Evidentemente, la herida provocada por el Real Madrid en Champions terminó siendo una enseñanza para Guardiola y compañía, porque hicieron lo que tenían que hacer: cerrar el partido cuando todo se le hizo cuesta arriba.

Por su parte, el Liverpool debía ganar y esperar un tropiezo del City que no llegó pero estuvo cerca: ganó 3 a 1 al Wolves pero no alcanzó.