Durante la mañana de ayer se conoció la triste noticia del fallecimiento de Raúl Omar “Tincudo” Barrionuevo, un emblema del fútbol catamarqueño y sinónimo del Club Sportivo Villa Cubas, ya que por muchos años fue el encargado de llevar la cinta de capitán del “León” del Altiplano.

Barrionuevo, el gran capitán de Villa Cubas, tuvo una gran trayectoria en el fútbol. 

Su debut en la Primera División del Sportivo Villa Cubas se concretó cuando tenía 15 años de edad y el DT era el marplatense Benicio Acosta, hombre que tuvo marcada influencia en la formación del defensor catamarqueño. 

También Barrionuevo supo integrar la selección de la Liga Catamarqueña de Fútbol, dónde le tocó actuar a la par de conocidas figuras de varios clubes del medio, mencionando entre ellos, a Lucas “Tero” Ibarra, Víctor Edgardo Jalil, Francisco Ramón Naranjo, Luis Leal, Luis Roberto Brizuela, Ángel “Arobe” Bazán, Ricardo “Barón” Miranda, Hugo “Landucci” Navarro, Oscar “Yudica” Moreno, Martín Montoya, Juan José González, Andrés Donato Chazarreta, Oscar “Bambino” Frías y Rafael “Flaco” Herrera. 

Raúl Omar Barrionuevo, en una entrevista años atrás con este medio hace varios años, tuvo elogiosos conceptos para los directores técnicos José Federico Juárez y Adolfo Sánchez “quienes concretaron un muy buen trabajo cuando fueron convocados por la dirigencia de la entidad madre de nuestro balompié para dirigirnos. Aferrados a sus ideas, conocimientos y experiencias, siempre se encargaron de volcarlos en los futbolistas, sin esconder nada, como cabe a un auténtico profesional. Lo mismo me pasó en mi club con Benicio Acosta, un tipo estudioso en la materia, que supo aprovechar su paso como jugador por Boca Juniors y otras instituciones de gran prestigio en el país y en el extranjero”.

Al tocar el tema nacional, indicó que su referente en la zaga central siempre fue Daniel Alberto Passarella, ex crack de River Plate y capitán de la selección argentina campeona del mundo en el año 1978. 

Asimismo, confesó que fue un admirador del tucumano José Rafael Albrecht y del mendocino Víctor Antonio Legrotaglie, a quien sindicó como “un jugador diferente, talentoso, inteligente, un diez zurdo de una exquisita técnica, que jugó en varias entidades, pero dejó su huella indeleble en el Gimnasia de Mendoza, donde es ídolo máximo”.