Fútbol

Cuidemos a nuestro pobre fútbol

La lamentable y bochornosa actuación de los árbitros en Defensores vs. Villa Dolores no debe ser naturalizada y debe dejar de ser moneda corriente.
martes, 19 de noviembre de 2024 00:17

El fin de semana dejó para el fútbol de Catamarca un triste y lamentable acontecimiento, que realmente manchó al más popular de los deportes. Aunque en realidad se trató de un acto más de las tantas cosas que vienen “matando” al fútbol del interior. Sucedió el pasado domingo por la noche en el Estadio Bicentenario en ocasión del cotejo que enfrentó a Defensores del Norte y Villa Dolores, por la sexta y última fecha de la Zona 9 de la Región Centro del Torneo Regional Federal Amateur.

El encuentro en mención, definía la clasificación para la segunda etapa del certamen que organiza el Consejo Federal, en un mano a mano entre capitalinos y chacareros. Pero el partido tuvo una bochornosa participación de la terna arbitral que representa a la Liga Santarroseña que terminó empañando y manchando al fútbol, que ya viene soportando desde hace muchos años cuestionados y tendenciosos arbitrajes cada vez que se juega este tipo de torneos. Esta vez el que salió perjudicado fue Villa Dolores (ya que se venía quejando de malos arbitrajes en partidos anteriores), que debió soportar la pésima actuación, y hasta pareciera con mala intención, del árbitro Héctor Zelaya y sus asistentes Gustavo Romero y David Pacheco. Así y todo, el equipo de Valle Viejo logró clasificar a pesar de la derrota por 3 a 2.

El perjuicio más grave y totalmente evidente fue cuando le anularon un gol por posición adelantada del jugador Matías Ahumada Acuña (estaba por lo menos dos metros habilitado) estando el resultado 2 a 2 y cuando ya se jugaban 9m. de los ¡18! que adicionó de manera extremadamente exagerada. Encima, al final terminó haciendo jugar sólo 14 de más.

Además, Zelaya cobró cuatro penales (3 para Defensores y 1 para Villa Dolores), todos dudosos y otras tantas decisiones polémicas que nada tenían que ver con la esencia del juego. En realidad, lo visto en la noche del “Coloso de la Loma” pareciera haber sido hecho a propósito por alguien que debería impartir justicia en un campo de juego. Pero estuvo muy lejos de cumplir con su misión.

Lo que pasó tiene que ser un severo llamado de atención para los dirigentes de nuestro empobrecido fútbol, que no deben dejar que este tipo de cosas sigan pasando si pretenden -por ejemplo- recuperar a la gente, que por estas cosas y otras más, ya desde hace un buen tiempo se fue alejando de las canchas, que vienen mostrando un preocupante vacío y una falta de interés por asistir. 

Encima que el nivel de los partidos es bajo, hay que soportar este tipo de arbitrajes, como el de Zelaya y sus compañeros. Si la película seguirá siendo la misma, nuestro fútbol nunca logrará despegar y seguirá estando en el mismo lugar.

Tampoco nuestros dirigentes deben dejar que esas “manos traviesas” -“mandadas” para perjudicar o ayudar a tal o cual equipo- sigan manejando todo de esta manera se adueñen de nuestro fútbol, al que por más empobrecido que esté, hay que cuidarlo.
No hay que naturalizar esta clase de arbitrajes, aunque seguramente seguirán sucediendo a lo largo y ancho del país, no se puede permitir que sea moneda corriente.

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